La recuperación del empleo y los ingresos son dos indicadores que han cobrado relevancia a la hora de medir la recuperación económica luego del durísimo golpe que ha significado la irrupción de la pandemia. A estas alturas es prematuro aquilatar las consecuencias que ha tenido esta crisis de origen sanitario, pero de repercusiones en todos los ámbitos de la vida. Con el paso de los meses iremos teniendo datos más precisos acerca de los impactos no solo cuantitativos, sino también cualitativos, en la economía de las familias, las empresas y en la macroeconomía. Aunque hay indicios, el túnel aún tiene trecho.
Por ejemplo, todavía no contamos con elementos finales para medir el impacto en la educación básica, sobre todo en los amplios sectores de estudiantes más vulnerables. Tampoco contamos con los suficientes para visualizar las repercusiones en las condiciones de salud pública más allá de las consecuencias directas del COVID-19 en la población. Desde luego, aún falta determinar costos y alcances de la reorganización a que se han visto obligadas las empresas en función de la realidad encontrada. En términos generales tenemos datos de los grandes indicadores como el Producto Interno Bruto, la inflación, el empleo y los ingresos, y sabemos que poseen valores negativos en relación con la línea previa a la pandemia. Pero el fenómeno es tan extenso y profundo que en términos cualitativos no tenemos elementos para tener un panorama robusto y completo de esta crisis.
El Consejo Cívico de las Instituciones Laguna (CCIL) ha dado a conocer su más reciente análisis de la evolución del empleo y el ingreso en la zona metropolitana de La Laguna para el periodo enero 2021 a enero 2022. Los números son ambivalentes, hay datos alentadores, pero también otros poco positivos. Con información proveniente del INEGI, el CCIL da cuenta de la generación, o pérdida en algunos casos, del empleo formal en zona metro Laguna y en cada uno de sus municipios. De las mismas demarcaciones comparte los sectores económicos generadores o aquellos con merma en ese indicador. Cierra su entrega con los ingresos en función de rangos y porcentaje de población ocupada que recibe.
Los datos básicos del análisis son: poco más de veinte mil empleos generados en la zona metro Laguna entre enero del 2021 y enero del 2022. En La Laguna de Durango, incluidos en ella Tlahualilo, Lerdo y Durango se generó el 76 por ciento del total de empleo recuperado en todo el estado. Para el caso de Coahuila, Torreón fue el segundo municipio con mayor generación de empleo, solo por debajo de Ramos Arizpe. Como zona metro, siguió más dinámica la sureste que la lagunera del lado coahuilense. La industria de la transformación y el comercio, en ese orden, fueron las actividades económicas donde el empleo creció más. Finalmente, en relación con los ingresos, el reporte señala que el único rango de ingresos con crecimiento fue el de la población que percibe como máximo hasta dos salarios mínimos, monto percibido por el 70 por ciento de la población ocupada en la zona metro Laguna. En la región, casi el 90 por ciento de quien se encuentra en un empleo formal percibe como máximo de dos a cuatro salarios mínimos al mes.
Considero alentador el número de empleos recuperados en la zona metro Laguna, así como positivo el hecho de que en cuanto al empleo y consecuentemente para la economía de Durango los municipios laguneros de esa entidad poseen una relevancia fundamental. Eso debería traducirse en incentivos significativos y compromisos con la región, su infraestructura, conectividad y promoción. El dato con oportunidad aún son los rangos de ingresos. Una economía diversificada e inmersa en las actividades de alto valor agregado representaría para la región una mejoría sustancial en ese rubro. El reto es la capacidad de atracción de esas actividades. Es una tarea cuyo óptimo habita el espacio donde se encuentran las capacidades locales con el respaldo de los tres niveles de gobierno y la participación de socios inversionistas.
@EdgarSalinasU
