No podemos negar que tenemos dos vertientes principales, que definen nuestro nacionalismo; por un lado, la parte indígena y por el otro, la española; teniendo en cuenta que a estas se le suman otras etnias, en diferentes regiones con sus aportaciones culturales diversas.
Desgraciadamente, desconocemos la evolución de ellas a través de la historia, por la apatía nuestra, y por la falta de documentación que existe. En el caso de los indígenas, los códices fueron destruidos dos veces; la primera por los aztecas, quienes reinventaron los hechos para situarse como pueblo elegido de su dios; y luego por los españoles quienes consideraron esos papeles como producto del demonio. Lo que se rescató fue debido a los primeros etnólogos frailes, como Bernardino de Sahagún, quienes fundaron la escuela de Tlatelolco y se pusieron a indagar sobre el pasado a través de informadores. Esa documentación, los códices, se esparció por Europa y poco quedó en México.
Como de la cultura española, la información es más accesible, quiero hablar primero de nuestra vena indígena. Por principio, no podemos confundir lo indígena con lo azteca; existen muchos más a lo largo y ancho del territorio; algunos de ellos, los mayas, los mixtecos, los zapotecos, los purépechas, los seris, los tarahumaras, los tlaxcaltecas, etc. En Mesoamérica, la parte central de la república mexicana, se da el apogeo de cuatro grandes culturas: olmecas, teotihuacanos, toltecas y aztecas. Según parece, la tolteca tiene principal importancia porque influye en los mayas, los mixtecos y en los aztecas; con la figura principal de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, como elemento aculturizador. Es un dios y es un sacerdote, Topiltzin, pero también representa la investidura del gobernante. En el caso de los mixtecos, hacían peregrinaciones a ciudades toltecas para recibirla.
Eran pueblos guerreros, que tenían como elemento importante, los sacrificios humanos; característica que se privilegió en el caso de los aztecas, al rescatar del panteón místico a Huitzilopochtli, dios solar. Como otros dioses importantes, ya mencionamos a Quetzalcóatl que es una especie de antítesis del anterior, más humanizado que va en contra de sacrificar; y a Tlaloc como dios de la lluvia ya que también son pueblos agrícolas.
Hay otros dioses y diosas secundarios como los del inframundo que es una pareja. En el caso de los mayas, los gemelos que elevan a dimensiones místicas el juego de pelota.
Aunque tecnológicamente estaban atrasados, no conocían el uso de la rueda ni del animal de carga, porque no los había, eran perfectos conocedores de la astronomía. Podían calcular el paso de los astros, los movimientos solares y sus ciudades las construyeron alineadas a ellos.
En cierto día y a cierta hora es posible deleitarse con el movimiento de las sombras de una serpiente, en Chichen itza; o de la salida de sol en un punto preciso en otras ciudades.
Sus documentos no sobrepasaron la etapa del pictograma. Los originales se perdieron irremediablemente, los conocidos son aquellos que se reconstruyeron a base de informantes. Mucha de su cultura es oral; su poesía llega de esta forma a nosotros, más que nada son cánticos que usan dos frases para expresar una imagen, las onomatopeyas, se refieren a las plumas de quetzal y a ciertas gemas preciosas.
Otra de las artes que tienen importancia religiosa es la danza y la música.
Los aztecas son la última de las tribus que llega al territorio central y que se desprende de otras que venían con ellos. En su viaje, conocen las ciudades toltecas abandonadas y algunos de sus elementos culturales.
Azcapotzalco es la ciudad que señorea la región y los aztecas les sirven como ejércitos para conquistar ciudades aledañas. Muy pronto demuestran su ferocidad y les empiezan a temer. Cuando se enfrentan a Xochimilco, les quitan las orejas y los dejan en libertad. Al ser tildados de cobardes, simplemente sacan de sus morrales las orejas demostrando de lo que eran capaces.
Tenoch fue su primer guía y Acamapichtli quien funda la línea imperial, después vendrá Huitzilihuitl y Chimalpopoca. Estos tres se supeditan a Azcapotzalco cuyos reyes serán; Tezozómoc y Camaxtla.
El principal conflicto de este estado será con Texcoco. El perseguido fue Netzahualcóyotl, y antes, su padre. Se forma la triple alianza entre Texcoco, Tenochtitlán y Tacuba, para vencer a Azcapotzalco. Otra ciudad fundada por los aztecas es Tlatelolco.
¿Te suenan estos nombres? Hay más. Continuaré.
