Ya lo decíamos en el artículo anterior; Don Porfirio tiene dos grandes facetas en su vida: La de héroe y la de villano. En la primera, combatió en contra de los franceses, fue celebre la batalla del dos de abril, nombre que llevó nuestra plaza principal durante mucho tiempo, tomó la ciudad de México, después fue relegado por Juárez. Proclamó el plan de la Noria. Tomó la presidencia, y logró poner en calma al país repartiendo favores a diestra y siniestra a otros generales.
Después del primer período, dejó el poder en manos de su compadre González. Lo volvió a tomar en 1884 para no abandonarlo hasta 1910. Le preocupó la macroeconomía e impulsó la modernización del país. Construyó líneas ferroviarias como ninguno y el peso nunca tuvo mejor salud, se cotizaba dos a uno frente al dólar.
Tuvo mucha influencia cultural francesa. Supo equilibrar las inversiones europeas y americanas para no ser controlado por nadie.
Desgraciadamente, no se supo morir a tiempo como Juárez. Fomentó el caciquismo y los monopolios de la tierra. Se olvidó de los pobres. En muchas partes del país, como en Yucatán, se permitió la esclavitud. Con mano férrea, combatió cualquier alzamiento y desarraigó a indígenas de Sonora para llevarlos a Yucatán para que trabajaran como esclavos.
El trabajador no tenía ninguna protección. No se permitían las huelgas; en las de Cananea se permitió la intromisión de soldados americanos, la de Río Blanco también fue combatida por el ejército. Su lema fue: orden y progreso.
En el porfiriato se apostó por el positivismo, filosofía que se basa en el uso de la ciencia para el conocimiento. Ese fue el sistema educativo que se implementó, junto con la corriente neo realista, con novelas como Santa.
Ives Limantur fue su ministro de economía que puso orden en las finanzas del país. En apariencia, para 1910, México parecía estar en orden, a la par de los países del primer mundo.
A don Porfirio se le ocurrió dar una entrevista, diciendo que iba a dejar el poder. Muchos se lo creyeron, pero no fue así. Algunos crédulos aprovecharon para hacer clubs antirreeleccionistas y ser contrincantes de don Porfirio en las siguientes elecciones.
Antes que eso, no podemos olvidarnos de los movimientos anarquistas que estuvieron detrás de las grandes huelgas de Cananea y Río Blanco. Su principal exponente fue Ricardo Flores Magón quien editó los periódicos el ahuizote y el hijo del ahuizote. Tuvo que huir del país. Fue a refugiarse a los Estados Unidos donde al final de cuentas fue encarcelado y murió olvidado por todos.
Madero escribió la sucesión presidencial, como un manifiesto en contra de las constantes reelecciones de don Porfirio, quien festejó con bombo y platillo las fiestas del centenario.
Don Francisco perdió las elecciones y fue encarcelado en San Luis; prisión de la cual escapó para refugiarse al otro lado de la frontera, de donde llamó a la revolución poniéndole fecha y hora.
El 19 de noviembre, en Puebla, los Aquiles Serdán fueron combatidos por el ejército, siendo ese el primer evento revolucionario. El día 20 hubo levantamientos en diversas partes del país. Madero entró a Ciudad Juárez. No tuvo que esperar mucho para que Don Porfirio se diera cuenta de que ya no tenía nada que hacer. Renuncio a la presidencia se fue a Veracruz a tomar el Ipiranga hacia Europa, donde murió.
Madero fue a la ciudad de México e hizo su entrada triunfal, convirtiéndose en presidente. Carranza había renunciado a la secretaría de guerra para tomar la gobernatura del estado de Coahuila.
A partir de ese momento, fue cuando comenzó la verdadera batalla por el poder de muchas facciones. El primer levantamiento fue el Feliz Díaz, sobrino del dictador, deL cual se aprovechó Victoriano Huerta quien se suponía era el defensor de Madero pero que lo traicionó para después fusilarlo, junto a Pino Suarez, y hacerse presidente.
Carranza fue el único de los gobernadores que protestó, hizo un manifiesto en la hacienda de Guadalupe donde llamó a las armas en contra del huertismo, convirtiéndose en la cabeza del constitucionalismo.
De aquí van a surgir los grandes líderes del movimiento, como Villa, Zapata, Felipe Ángeles, Álvaro Obregón y muchos más. Hay que aclarar que no todos estuvieron de acuerdo con los puntos de vista de Carranza, pero tuvieron que unirse ante el enemigo común: Huerta.
Una vez vencido éste, las pasiones se desataron y se volvieron los unos contra los otros. Primero Carranza contra Villa y Zapata; después Obregón contra Carranza. En medio de tanta trifulca, la proclamación de una nueva constitución: la del 17.