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Ensayo sobre la cultura

¿Cuál es el espíritu del mexicano?

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

Si no sabemos de historia, difícilmente vamos a poder definir cuál es el espíritu del mexicano. Por un lado, somo productos de pueblos autóctonos que en diferentes épocas tuvieron su esplendor y que después decayeron; quedando al último los aztecas y los mayas que fueron los conquistados por un pueblo que venía más allá del mar, los españoles; que a su vez eran herederos de las tribus bárbaras que irrumpieron en Europa después de la caída del imperio romano y que se conocen como los visigodos.

Sobre los pueblos autóctonos, podemos dar más datos. También eran nómadas, que venían del norte hacia el centro de la república, buscando un lugar donde establecerse, exactamente lo mismo que hicieron los visigodos en Europa, y que, a su paso, descubrieron las ruinas de otros imperios anteriores como los toltecas y los teotihuacanos; aprendieron de ellos algunos elementos culturales que después desarrollaron bajo sus propios intereses, como es el caso de los aztecas.

La característica principal de ambos pueblos es este espíritu de lucha para encontrar un lugar que les sea propio y que tuvieron que pelear por él. Así como los visigodos se enfrentaron a los musulmanes para apoderarse de la península ibérica, así también los aztecas tuvieron que enfrentarse a los de Azcapotzalco, es más, unirse a otros pueblos en la triple alianza, para tener el derecho de fundar su ciudad Tenochtitlán, y construirse un imperio.

Ambos pueblos contaban con un principio motor: la religión. En el caso de los europeos, la católica, que desde quinientos o seiscientos años atrás habían tomado como pretexto la recuperación de los santos lugares para poder hacer la guerra a los musulmanes o a los grupos religiosos que no estuvieran de acuerdo con ellos, como los albigenses o los cátaros, para efectuar las cruzadas.

En el caso de los aztecas, desarrollaron una ideología alrededor de un Dios Solar, Huitzilopochtli, que necesitaba ser alimentado por los hombres y que por ello se constituyó el sacrificio humano. Los obligaba a ser un pueblo guerrero. Demostró su ferocidad desde su llegada a Mesoamérica y acabó imponiéndose a todos los pueblos de alrededor. Tenían otros dioses, como Tlaloc, el dios de la lluvia, y Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, deidad que había sido heredada de los toltecas.

Por lo menos, la religión les sirvió de catapulta para poder crecer. Ambos, se dedicaron a la guerra; aunque no siempre supieron aprovechar las ventajas para construir un estado armónico.

En el ramo económico, no se quedaron atrás; mas era una economía de guerra. En el caso de los españoles, el oro y la plata les entró a raudales y todo fue a parar a manos de los banqueros alemanes que refaccionaban a los reyes guerreros. Como se acostumbraron a lo fácil, las encomiendas y la esclavitud los hizo creer que merecían todo sin esfuerzo alguno y de ahí vino su decadencia. No se dedicaron a la industria.

Los aztecas, también vivieron de sus conquistas y los comerciantes eran protegidos por las fuerzas militares que cuando encontraban un pueblo que se les revelaba, iban a apaciguarle de nuevo. El problema de los aztecas es que hicieron enemigos por todas partes.

Los mayas también participaron de los mismos rasgos históricos. Se dedicaron a la guerra y tenían como elemento central la religión. Las últimas culturas, como Chichen Itzá, heredaron algunos elementos culturales de los toltecas.

Hay algo que alimentó su espíritu para crecer; una ideología. En estos casos fue religiosa; en otros ha sido social, política, ideológica; que enciende el espíritu de lucha para llegar a alguna parte.

Ahora ¿qué nos mueve como mexicanos? Cada vez hay menos cosas que nos muevan. Los dioses aztecas murieron y el dios cristiano ya dejó de usar las cruzadas como pretexto de conquista. Necesitamos con que suplir eso, si no lo hacemos, se nos acabaran los motivos por los cuales vivir.

Esta cultura del dar no lleva a ninguna parte. Tal vez eso fue uno de los grandes errores de las misiones en américa, el sobre proteccionismo, el paternalismo. Acostumbrar a los hombres a que había alguien que los asistía si eran dóciles. Es la mejor manera de acabar con el espíritu de los pueblos; fue lo que lograron las reservaciones de indios en Estados Unidos. No hay que permitir que lo hagan con nosotros.

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