'Es una oportunidad de quitar polvos a nuestra fe'

El obispo de Torreón, Luis Martín Barraza Beltrán, encabezó ayer miércoles la imposición de la ceniza, acto con el cual dio inicio la temporada de Cuaresma.

Esta última marca la etapa previa a la Semana Santa y es donde se empiezan a preparar durante 40 días a los cristianos para la Pascua: pasión, muerte y resurrección de Jesús. Se trata de un tiempo de oración, penitencia y ayuno y son cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.

Por segundo año consecutivo y con motivo de la pandemia por el COVID-19 la ceniza fue esparcida en la cabeza de las personas evitando en todo momento el contacto físico.

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Durante el Miércoles de Ceniza, el obispo se dirigió una sola vez a los asistentes a la Catedral de Nuestra Señora del Carmen, diciendo para todos: "Conviértete y cree en el evangelio". Después esparció la ceniza, a la distancia.

Barraza Beltrán mencionó que como cada año, esta es una oportunidad de renovar la fe, de renovarse personalmente y de forma comunitaria y de volver a hacer un compromiso con Dios.

"De seguir sembrando el bien, no desfallecer. Es una oportunidad de quitar polvos, telarañas a nuestra fe, a nuestra relación con Dios", apuntó.

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Durante la misa, monseñor pidió a los fieles católicos que en este tiempo de conversión eleven una oración por la paz del mundo, tal y como lo ha hecho el Papa Francisco. "Que le ofrezcamos al Señor nuestro ayuno, nuestra oración y también que nos conceda a nosotros ser trabajadores, constructores de la paz desde lo profundo de nuestro corazón. Roguemos al Señor", dijo.

Y continuó "esos conflictos grandes en el mundo, pues que nos inviten a ver los conflictos que trae nuestro corazón, las contradicciones, el pleito comienza siempre en la inconformidad dentro de nosotros mismos".