(SAÚL RODRÍGUEZ)
Los rostros son materia sensible que desbordan significados. En rasgos y miradas se reúnen los datos del alma, vida y la cultura a la que pertenecen. En el caso de las mujeres, en la mayoría de las culturas sostienen problemáticas causadas por un sistema heteropatriarcal y esto, indudablemente, también se plasma en sus rostros.
Los rostros femeninos de distintas culturas aparecen en cada una de las 30 obras que conforman la muestra EVA, realizada por la artista lagunera Evangelina Velázquez. Se trata de un recorrido por casi 50 años de carrera artística. La exposición permanecerá durante un mes en la galería del Museo Canal de la Perla.
“En cada rostro, en cada mirada se expresa la vida de cada mujer; habla por sí misma. Sus gestos, sus manos, sus pieles, sus posturas, su color, todo se manifiesta y creo que eso es muy importante para que nosotras como mujeres siempre seamos sororas entre nosotras, que no nos limiten las culturas”.
En sus orígenes creativos, el acercamiento de Evangelina Velázquez hacia las artes, se tornó familiar. La creadora recuerda que, durante la educación básica, ya tenía interés por la pintura. Más adelante perfeccionó sus dotes en pastel, óleo, acrílico y lápiz gracias a que tomó clases con varios maestros, entre ellos su propia hermana.
“No tengo ningún interés en especial. Me gustan todas las técnicas. Las tomo conforme a mi estado de ánimo y es como una contención de mi vida. Yo trabajo con mujeres que viven violencia extrema, ya tenemos 20 años de trabajo con ellas y es una forma de descargar lo que trae uno de trabajo emocional”.
Evangelina Velázquez también es presidenta de la asociación Mujeres Solidarias en Acción Social de La Laguna (MUSAS) y socióloga por la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC). Nació en Comaltitlán, Chiapas y porta orgullosa las raíces multiculturales de su familia, como el huipil oaxaqueño que viste durante la entrevista.
“Vengo de una familia multicultural. Mi abuela nació en el istmo de Tehuantepec, mi padre es de Oaxaca, mi mamá de Jalisco, yo nací en Chiapas, mis hermanos nacieron en Saltillo y Torreón, entonces en la familia somos multiculturales. Eso me dio una visión de no quedarme sólo en una cosa. Busqué las raíces de mi familia y es parte de mi visión con las mujeres”.

En su carrera como artista, Evangelina Velázquez sí ha percibido cambios en su técnica. Recuerda que comenzó con trazos muy propios, los cuales se fueron perfeccionando. La fuerza del color también ha cambiado. Al igual que el arte, comenta que el feminismo es algo que ha estado con ella desde siempre.
“En mi trabajo siempre me he enfocado con mujeres, de ahí fue que empecé a pintar rostros de mujeres de diferentes culturas. A mí me llama mucho la atención las mujeres, el devenir histórico de cada una; todas traemos una historia detrás y eso siempre me ha interesado mucho”.
Además de plasmar mujeres indígenas, árabes, mexicanas e incluso autorretratos, resaltan dos obras sobre Sharbat Gula, una mujer afgana que fue retratada en su infancia, mientras se encontraba en un campo de refugiados, y plasmada en la portada de la revista National Geographic. Catorce años después fue encontrada y se le fotografió de nuevo. Evangelina Velázquez reprodujo ambas imágenes.
“Es muy profunda. Esa es la parte que también a mí me gusta retomar de la pintura. A lo mejor dices: ‘Bueno, es una fotografía’, pero el simple hecho de plasmarla en colores, haciéndola tú, ya te da otra mística. Es una mirada muy fuerte, desde la niña que estaba en los campos de refugiados, una mirada de esperanza, de pedir ayuda al mundo”.