La organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) considera necesario convertir el Corredor Seco de América Central en una región "de oportunidades", destacó el director general de la institución, Qu Dongyu, durante el Foro Mundial de la Alimentación que se celebra en Roma.
Para llegar a este objetivo, la FAO presentó cuatro planes de inversión para construir resiliencia en la población de la región que se extiende entre Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Nicaragua e impulsar el acceso a mercados, sistemas de abastecimiento de agua, mapeo digital de suelos y zonificación de riesgo climático agrícola, indicó el organismo en un comunicado.
"Más de la mitad de los 10 millones de habitantes (...) se dedican a actividades agrícolas, y más del 73 % de la población rural vive en la pobreza, con un 7.1 millón de personas que sufren inseguridad alimentaria grave y 1.3 millones de niñas y niños menores de 5 años que sufren retraso en el crecimiento", dijo Qu durante el debate de la iniciativa "Mano a Mano", incluida en el Foro Mundial.
Qu resaltó asimismo que el impacto climático en el Corredor Seco centroamericano, cada vez más frecuente y adverso, ha exacerbado la situación, "haciendo que muchos agricultores abandonen sus herramientas, sus animales y sus tierras, y obligando a un número cada vez mayor de personas a migrar".
Expertos abogaron por trabajar en conjunto para enfrentar los desafíos globales en seguridad alimentaria, luchar contra el hambre y la malnutrición, informó el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
"Estamos obligados a convertirnos en un actor clave para la seguridad alimentaria nutricional y, más que eso, también para la sostenibilidad ambiental, debido a la riqueza de nuestros recursos naturales", dijo el director general del IICA, Manuel Otero, en el marco del Diálogo Internacional Borlaug 2022, que se lleva a cabo en EUA.
El IICA detalló que en este foro considerado de los más importantes del mundo en materia agrícola, Otero advirtió que la seguridad alimentaria está hoy al tope de la agenda global, reclamó el establecimiento de políticas de largo plazo e hizo hincapié en la necesidad de empoderar a los pequeños agricultores.
"Tenemos 16.5 millones de agricultores familiares en América Latina y el Caribe. Debemos darles herramientas para que sean rentables, realicen buenas prácticas ambientales y sean resilientes ante el cambio climático. Hay que ayudar a mantenerlos en las áreas rurales. Sería terrible que migraran a las ciudades", afirmó.