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Fredy Castillo, el arte de montar Tihany Spectacular

En su trabajo no hay secretos, todo se trata de medidas

(VERÓNICA RIVERA)

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SAÚL RODRÍGUEZ | VERÓNICA RIVERA

Es quien está a cargo del montaje del circo. La seguridad del espectáculo recae en sus manos. Fredy Castillo es colombiano, se unió a Tihany Spectacular hace años durante una gira en Brasil, pero su bagaje en las artes circenses tiene más pasado. Comenzó en Bogotá, a los 17 años de edad, en el circo mexicano de los hermanos Fuentes Gasca como parte del equipo técnico.

“Llegue a Tihany recomendado por un capataz de aquí, y empecé como segundo capataz. […] De Tihany, a nivel circense siempre se escucha, porque todo mundo quiere venir a trabajar aquí, porque es el grande de Sudamérica”.

Incredulidad, fue lo que Fredy experimentó al saber que entraría a trabajar a Tihany. Sabía que no era fácil y que su trabajo debería hablar por sí mismo, para demostrar el nivel de su profesionalidad.

“El trabajo de montar un circo, de comenzar desde cero, era un poco complicado y pesado, porque es la estructura completa del circo. Pero en sí, comenzando desde cero, es pesado y a la vez es genial porque se va viendo, poco a poco, cómo va comenzando a armarse el castillo”.

En su trabajo no hay secretos, todo se trata de medidas. En el caso de Tihany, se emplea una serie de adornos, figuras, cortinas y cercas que lo distinguen de otro circo. El primer paso de su equipo es llegar a la ciudad y revisar cada detalle del terreno donde se montará la carpa.

“Primero, debemos saber si tiene el área que necesitamos para poder hacer el montaje. Segundo, que esté siempre más o menos nivelado, que es lo importante. De ahí ya comenzamos a marcar lo que vendría siendo la carpa y el encerramiento de las cajas y todo lo que compone”.

Tihany se levantó en Torreón en un lapso de seis días divididos en dos semanas. No se trata de un circo cualquiera; por ejemplo, la lona de la carpa se encuentra dividida en ocho partes y cada una de ellas pesa alrededor de 400 kilogramos.

Fredy vive en el circo, tiene a su cargo a siete personas y en cada ciudad que visitan conforma un equipo con mano de obra local. Durante el montaje, pueden trabajar hasta cincuenta personas. El capataz está orgulloso del trabajo logrado por su equipo”.

“Para mí vivir en el circo, es como una segunda casa. Tras 22 años que llevo trabajando en esto ya se convirtió en mi hogar. Y ver el circo trabajando, que venga bastante gente y que siempre esté bien, para mí es una alegría, hace parte ya de mi vida”.

Fredy dice haber cumplido su sueño al haber entrado a Tihany. Tras una decena de países recorridos, menciona que su próximo sueño sería regresar a Colombia, descansar y disfrutar de los frutos de su trabajo.

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Escrito en: Tihany Fredy Castillo

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