Emprender es una de las alternativas que se tienen para el desarrollo económico y ciertamente las oportunidades están ahí, pero no siempre estamos preparados para verlas o para concretarlas.
También sabemos que para lograrlo se requiere esfuerzo, dedicación y preparación, pero principalmente, que todo esto conduzca al aprendizaje para conseguir la meta deseada.
De alguna u otra forma todos hemos emprendido, tal vez no un negocio, pero sí hemos iniciado proyectos nuevos. Y, los que lo hemos experimentado, sabemos que las cosas podrían haber sido distintas de haber estados mejor preparados, con la experiencia y valor necesarios para poder arrancar.
La semana pasada estudiantes de diversas carreras de la Universidad se dieron cita en el Ibero HUB y asumieron el reto de adentrarse en una preparación intensiva orientada a la innovación frugal: emprender mediante la simplicidad, la funcionalidad y la asequibilidad, sin perder de vista la sustentabilidad y sostenibilidad en el tiempo.
Utilizando la metodología sprint design y complementando con otras técnicas este grupo de jóvenes se dedicaron por largas horas a trabajar en el desarrollo de propuestas que resolvieran distintas problemáticas, obtenidas de los objetivos de la ONU para la sustentabilidad para el 2030.
En ese sentido, eligieron los objetivos relacionados con:
· Educación de calidad
· Energía asequible y no contaminante
· Acción por el clima y,
· Reducción de las desigualdades.
En el proceso implicó la tarea de consultar a expertos, diseñar sus propuestas y luego validarlas con posibles clientes. Suena poco, pero realizarlo en cinco días les ha requerido un gran esfuerzo y focalización para alcanzar el cometido, que no sólo es el diseño de una propuesta, sino el aprendizaje que conlleva, desde el compromiso individual hasta el trabajo en equipo.
Más allá de las técnicas y metodología, los jóvenes se vieron impulsados por su facilitador a salir del área de confort, a ver mucho más allá y poner a prueba sus propias teorías.
Ejercicios como el realizado, coloca en contexto real a los jóvenes, que tienen toda la energía pero que no siempre cuentan con los elementos para idear, para generar soluciones.
El mayor aprendizaje ha sido estar en contacto con lo que se vive en un contexto más amplio, abriendo sus panoramas y entendimientos. Genera la posibilidad de la empatía, fomenta el pensamiento crítico y les brinda la oportunidad de enfrentarse a la crítica y trabajar con ello.
Sin duda es una experiencia que todos debiéramos tener, porque no podremos mejorar al mundo en tanto no salgamos de la burbuja en la que nos desenvolvemos y atendemos la casa común, que es la única que todos, ricos y pobres, compartimos.
Como todo lo que se entrena, al principio puede costar trabajo, pero con el paso del tiempo, con la práctica, se tornará más sencillo y hasta habitual.
Si queremos un mundo mejor, habremos de entrenar nuestra mente, orientar nuestras habilidades y nuestro esfuerzo en ello, sin esperar que sean otros los que den el paso primero, el cambio comienza por uno mismo.
flor.vargas@iberotorreon.edu.mx
