El concepto de "vida saludable" ha evolucionado a través de la historia y la ciencia ha demostrado el impacto que en nuestra calidad de vida tienen hábitos saludables como la buena alimentación, manejo eficiente del estrés, descansar adecuadamente y hacer ejercicio con regularidad. Entre los gurús del bienestar sin duda se encuentra John Harvey Kellogg, quien desde fines del siglo XIX ya se refería a la importancia de la actividad física y la buena alimentación, además de ofrecer diversos servicios y productos en el Battle Creek Sanitarium, , una especie de "spa" inaugurado en 1878 mejor conocido como "El San". Con su hermano menor Will, lanzaron al mercado el icónico cereal Corn Flakes.
Uno de los movimientos estrechamente relacionado con el apoyo al medio ambiente y una mejor nutrición es, sin duda, el denominado farm to table (de la granja a la mesa) ; principalmente porque cada vez un mayor número de personas se interesa en consumir alimentos más sanos y orgánicos, la protección de animales y los efectos del cambio climático. Este concepto que ha cobrado fuerza en los últimos años tiene sus orígenes en la década de los setenta durante la época hippie, ya que entre sus ideales se encontraba el rechazo a las prácticas de industrialización de alimentos. Uno de los primeros lugares en adoptar este concepto a su modelo de negocio fue el exitoso restaurante californiano Chez Panisse, aunque tardó treinta años en acreditarse entre el público estadounidense.
Pero este movimiento es más que una buena alimentación. Impulsa a personas, hoteles y restaurantes en el mundo a crear sus propios huertos y a comprar directamente de productores locales en lugar de hacerlo a grandes consorcios. Esta práctica incluye ofrecer al cliente platillos orgánicos y sustentables, por lo que se produce un beneficio no sólo para el comensal, sino también para los pequeños productores que pueden comercializar sus artículos sin necesidad de intermediarios. Además, si el establecimiento tiene su propio huerto y granja, también podría generar importantes ahorros, todo lo cual contribuye a fortalecer la economía y por supuesto, a diversificar la oferta no sólo de productos, sino de experiencias. Diversos restaurantes ofrecen también un tour por sus instalaciones, para que los clientes puedan conocer de dónde vienen los alimentos y cómo se maneja todo el proceso que culmina con el platillo que va a degustar.
Estamos muy acostumbrados a que nuestra comida tenga altas cantidades de aditivos para su preservación; si consideramos que una buena cantidad de productos pierden sus nutrientes tras 24 horas de su cosecha, se puede inferir que comer un platillo con zanahorias recién cultivadas sin duda es un regalo para nuestro cuerpo y nuestra salud. En México ya existen diversos restaurantes y hoteles que han adoptado este modelo de manera exitosa, principalmente en lugares turísticos de Baja California, Quintana Roo y la Ciudad de México. Como consumidores, también es nuestra responsabilidad la promoción e impulso a este movimiento, apoyar a los lugares que ya existen y fomentar emprendimientos en esta área, que sin duda beneficiará a nuestro planeta y a la población.