Existen diversas discapacidades que son importantes para el Estado atender debido a la visibilidad que se les da en las calles, como lo es a las personas con discapacidad visual, o las personas con alguna discapacidad mental. Es sencillo distinguir a este grupo de personas y por tanto se le ha brindado una atención especial. Sin embargo, existe la discapacidad auditiva, que es casi invisible porque no es tan fácil reconocer a las personas sordas a simple vista, no es sino hasta que se intenta comunicar con ellos que se pueden percatar de dicha discapacidad. La falta de conocimiento de comunicación de la población en general, causa el aislamiento total de este grupo y hace que se conviva solamente entre la comunidad sorda, con su propia cultura y su propio idioma. Esto definitivamente, los posiciona en una situación de vulnerabilidad.
Por otro lado, existe otro grupo como lo son los pueblos indígenas, que a pesar de los grandes esfuerzos que se han llevado a cabo para proteger sus derechos, ha sido un trabajo que aún tiene mucho por avanzar y esto se debe principalmente a la falta del entendimiento de la cosmovisión por parte de las autoridades de cada país, así como por las prioridades de los estados en relación con el implemento de actividades económicas, aunque se vulneren los derechos de estos pueblos. Sin lugar a dudas, y a pesar de que, en muchos países de Latinoamérica, un gran porcentaje de la población pertenece a estos pueblos, son grupos vulnerables.
Para ambos grupos vulnerables alcanzar la eficacia tanto de los derechos civiles y políticos, así como los económicos, sociales y culturales, es complicado, lo es más para los indígenas sordos, que son un grupo, aunque más pequeño, también más invisible y menos protegido. Tan es así, que existe muy poca información respecto a estas personas. Solamente se cuenta con el registro al menos en México, de un pueblo indígena que dentro de su estructura contempla la lengua de señas para su comunidad sorda. Se hace referencia a la comunidad Maya, específicamente en el Estado de Yucatán, donde se cuenta con la Lengua de Señas Maya Yucateca. Sin embargo, fuera de ello, es casi imposible recopilar información de sordos indígenas.
Ante la presente interseccionalidad, es decir, el marco diseñado para explorar la dinámica entre identidades coexistentes (en este caso la discapacidad y la etnia) y la opresión bajo la que se encuentran debido al sistema en el que ha sido conformada la sociedad, el esfuerzo que debe de realizarse por parte de la población y de nuestras autoridades debe incrementarse. Desde ámbitos como el social, el jurídico y el político estamos comprometidos a implementar políticas públicas y acciones comunitarias que aporten a la inclusión y al desarrollo de este grupo de personas que se encuentran en desventaja social. El análisis y estudio de la condición en la que viven debe ser el primer paso para la posterior adopción de medidas que permitan una mejor posibilidad de ejercitar el libre desarrollo de la personalidad.