José Luis Escamilla, Vicario General informó que la Marcha por la Paz es parte de las acciones solicitadas por los obispos. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Aunque el clima de inseguridad no es el mismo que se sufrió no solo en la región Lagunera sino en gran parte del país hace poco más de una década, la violencia sigue presente aseguró el obispo de la Diócesis de Gómez Palacio Jorge Estrada Solórzano, quien anunció que se sumarán a la Marcha por la Paz el próximo 30 de julio.
"Aparentemente no hay violencia de matazones", dijo monseñor, quien comentó que recientemente a un sacerdote se le exigió el pago de "derecho de piso" para una fiesta patronal, "a la gente la tienen muy sometidos en muchos aspectos… esa es una manera de violencia", recalcó.
Por esa y otras acciones, la Diócesis habrá de sumarse a ese reclamo a través de la marcha por la paz, iniciativa que dijo también proviene de los laicos al considerar el tema de seguridad como algo urgente. "Es una necesidad en nuestra nación que haya realmente un trabajo por la paz, un revisar las estrategias y yo creo que la gente está manifestando esa urgencia", dijo el obispo de Gómez Palacio.
Por su parte, José Luis Escamilla, Vicario General de la Diócesis de Torreón, informó que la Marcha por la Paz es parte de las acciones solicitadas por los obispos de México, tras la ola de violencia que se ha sufrido y que ha cobrado la vida de civiles y religiosos.
Aunque aclaró que la Iglesia católica siempre ha brindado el apoyo a las familias que han sufrido por la inseguridad como por los desaparecidos.
"La iglesia tiene esa preocupación no es de ahora, la iglesia es madre, es paz, se solidariza con el dolor de sus hijos, y como obispos portadores de estos sentimientos han expresado su preocupación por años, ahora lo agravó los últimos acontecimientos. pero la iglesia se ha preocupado siempre por trabajar por la paz, pedir, animar a las autoridades a que hagan lo que les toca", recalcó el vicario.
Mencionó también que para el día 31 de julio, día de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, se pedirá por aquellos generadores de violencia, "orar por la conversión de la gente que hace mal, que no se tienta el corazón para dañar", dijo monseñor José Luis Escamilla.