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Insuficiente

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Voz de Palco

EDUARDO SEPÚLVEDA

No importa quién se va, importa quién llega. Por nuestras vidas, pasan personas de largo, otras se quedan un tiempo y luego también se van. Pocas permanecen para siempre. 

¿Cuántos deportistas han vestido una sola camiseta durante toda su trayectoria profesional? Hace poco, veíamos los últimos minutos de juego de una leyenda de los Acereros de Pittsburgh. Historias así hay pocas contadas en el futbol. Francesco Totti. Paolo Maldini. Gary Neville. Paul Scholes. Ryan Giggs. Franco Baresi. 

No nos asusta que los futbolistas se vayan, menos cuando no hicieron nada para ser recordados eternamente, pero, ¿a poco no nos gustaría tener más historias "de las de antes"? Dejando la nostalgia del lado, pasemos a la crudeza del presente. 

Santos Laguna emite un comunicado (o boletín) en el cual "informa" que Juan Otero deja al equipo. En el escueto texto (de tres párrafos) apenas y se alcanza a leer lo "agradecido" que está el club con el jugador en 45 partidos durante su efímero paso por La Laguna. Le desean suerte y, en las últimas líneas, casi "por no dejar", se aprovecha la ocasión para mencionar que "están en negociaciones" en la contratación de un delantero. Es todo. No dice cuántos goles metió, no dice a dónde va, no dice detalles de su salida que antes solían ser de utilidad (compra definitiva, préstamo…).

Y de pronto, con esas "tres simples palabras" (diría Homero Simpson), el club Santos parece haber "calmado las aguas". (Demasiadas comillas en este texto). 

Al grano: En tiempo de tempestad, con un punto de 9 posibles en el actual torneo, el equipo de casa no termina de hallar el rumbo. No tiene gol. No tiene idea. No tiene claridad. No tiene delanteros confiables. No tiene al 75 % de su afición de su lado. No tiene (o no quiere) información que dar. El equipo no tiene nada… al menos así parece. 

Las redes sociales son una trampa en la cual elegimos caer a diario. Los medios de comunicación convencionales han sido relegados desde hace años y hoy, junto con ellos, los aficionados. Los medios solían estar en un punto "medio" entre la fuente [club] y el destinatario de la información [afición]. Hoy, están de lado. Porque los equipos han optado por "abrirse" de forma directa ante sus seguidores, con la desventaja que ello supone: hacer como que dicen algo o no decir nada. 

Hoy, el material a difundir por los medios llega de manera directa del club, sin necesidad de que estos se muevan por su propio pie. Sin curiosidad. Sin variantes. Sin perspectivas novedosas. Y de la misma forma, esa información que el club quiere que se difunda se les es entregada a sus aficionados. A cuentagotas. En ese escenario, cualquier boletín insípido es bien recibido, como la tierra absorbe con ansia la gota de lluvia que cae en medio de la sequía. 

De pronto, parece que unas palabras para agradecer a un jugador que pasa sin mayor gloria por la historia del club son suficientes para calmar los ánimos de quienes cada vez parecen llegar a un punto de ebullición. 

Circula en las redes la imagen de un aficionado en el Corona viendo en su celular el juego de la NFL entre Bills y Chiefs, mucho más emocionante que la goleada recibida en casa por parte del Necaxa. Será genuina, será meme, refleja una realidad. 

Otero se va. No hay refuerzos, porque los que llegan aún no juegan y los que aún no anuncian, todavía no existen. Santos pierde por goleada ante un equipo que venía de ser goleado, la cosa ya no puede estar peor. Solo queda pensar en un despertar.

La prensa hace preguntas hasta con miedo, como si no quisieran enojar al míster. "Leo y Franco han estado en la concentración, ya se van empapando en la dinámica que vamos generando. Son nuevos", asegura Caixinha tras la aporreada que les vino a dar el Rayo fulminante. A domicilio. Y esas "tres simples palabras" parecen ser suficientes, cuando no debería ser así. 

Porque hoy, insuficiente parece el plantel, insuficiente es el equipo, insuficiente la comunicación del club con su gente. Insuficientes son las palabras. Insuficiente es la realidad para brindar una alegría. Hoy, alcanza para poco con lo que hay. Y ahora, ¿quién podrá salvar este barco?¿Le seguimos? Soy @Foko_54 en Twitter. También respondo en @Champs_MX [Twitter, Instagram y Facebook].

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