Desde muy pequeña, la hidalguense mantuvo una comunión con este deporte, al que considera “un arte”, ya que se entrelazan la elegancia, armonía y sutileza del binomio. (CORTESÍA)
Martha Fernanda del Valle Quirarte es la amazona mexicana que ha emprendido una aventura más a galope en su afán por llegar a sus segundos Juegos Olímpicos, después de Tokio 2020, por lo que ahora piensa en la edición de París 2024, justa en donde se visualiza como finalista.
Desde muy pequeña, la hidalguense mantuvo una comunión con este deporte, al que considera “un arte”, ya que se entrelazan la elegancia, armonía y sutileza del binomio.
De aquellos días de acudir a las caballerizas acompañada de sus padres, poco a poco se convirtieron en destellos de adrenalina, simplemente por el hecho de montar un corcel y soñar con un camino olímpico.
Su más reciente asistencia olímpica fue en Tokio 2020, donde en medio de la pandemia del COVID-19, Martha Fernanda, subió al lomo de Beduino LAM, que por cierto, nació en la casa de la competidora, para su debut en la disciplina de adiestramiento.
Los jueces olímpicos le dieron 64.876 puntos, que la dejaron con un quinto sitio y quedar cerca de la final, aunque se fue con un buen sabor de boca en su debut. Ahora la hidalguense ha comenzado su preparación a lo que será su segundo ciclo y tiene la certeza de llevar una buena preparación para llegar en las mejores condiciones y hacer realidad su sueño de estar en la cita parisina del 2024.
Este año no tendrá actividad competitiva, aunque sí intervendrá en algunas pruebas en Europa, para analizar el desenvolvimiento de los equinos: Dinamic y Moscatel, que son parte del equipo que debe preparar, ya que en su deporte ellos también deben ser tratados como atletas.
El próximo año se tienen los Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Salvador, El Salvador, y los Juegos Panamericanos en Santiago, Chile, ambas justas con un lapso corto y por ende, la urgencia de arrancar con la preparación de inmediato.