Cuando los Algodoneros de Unión Laguna traían, hasta el pasado viernes 8 de julio, la impresionante racha de nueve juegos ganados de los últimos diez realizados, el último por cierto de manera sensacional ante los famosísimos Diablos Rojos del México, he aquí que la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) toma la decisión de cancelar los encuentros programados para llevarse a cabo el sábado 9 y domingo 10 en el estadio de la Revolución "debido a algunos brotes de COVID-19 en el equipo visitante".
Y ni modo, ante esta lamentable realidad no queda más remedio que parafrasear lo que don Pedro "El Mago" Septién solía decir de la base por bolas: "Frente a la COVID-19, no hay defensa".
Ante esta obligada pausa de casi cuatro días, ojalá el equipo de casa, que reanuda actividades hoy martes como visitante, en Mérida, no pierda concentración y ritmo que le interrumpan y menos aún vengan a revertir la magnífica racha ganadora. Ojalá que no.
Para la LMB son tres diferentes conceptos los siguientes: Juego pospuesto, juego suspendido y juego cancelado. Por el tema que nos ocupa, vale la pena dar cuenta de cómo define la Liga el primero y el tercero de dichos conceptos.
La LMB define como juego pospuesto "cuando un juego que aún no ha iniciado no se puede llevar a cabo por factores climáticos u otros imprevistos, pero se reprograma para una fecha posterior".
Y por juego cancelado "cuando un juego que aún no ha iniciado no se puede llevar a cabo por factores climáticos u otros imprevistos, y por imposibilidad de calendario y/o logística no puede realizarse en una fecha posterior".
En los últimos diez días y solo por COVID-19, la LMB ha declarado la cancelación de 8 juegos, como sigue: 1 entre Tecolotes y Diablos Rojos, 2 entre Rieleros y Acereros, los 3 de la serie entre Tecolotes y Pericos y los dos ya mencionados entre Diablos y Algodoneros.
¿Son pocos o son muchos los 8 juegos cancelados hasta ahora por la Liga debido a la COVID-19? Depende.
¿De qué depende? De que los contagios continúen o no, de tal manera que si éstos llegaran a superar una determinada cifra, habría que pensar en una solución adecuada al caso.
De acuerdo a la estadística oficial de los últimos diez años, en la LMB se ha cancelado un promedio de poco más de 14 juegos por temporada. La casi totalidad por lluvia. El año que registró el mayor número de juegos cancelados fue 2013 con 18, y el menor un año después, 2014, con 11 juegos.
En mi opinión la Liga debe ir considerando la posibilidad de modificar el concepto de juego cancelado por el de juego "cancelado en principio" y establecer para ello un colchón de 2-3 días entre el final de la temporada regular y el inicio de los playoffs. Como hasta hace poco ocurría, si bien la reserva o colchón era de un solo día, por si había disputa para la adjudicación de la carta de equipo comodín, para determinar el derecho a participar en la primera ronda de playoffs.
Al final de la campaña se determinaría si los juegos cancelados en principio, en caso de realizarse en nada modifican ya la tabla de equipos clasificados para los playoffs, se declaran definitivamente cancelados. En caso contrario, se determina que se lleven a cabo. Lo cual le añadiría además un ingrediente de gran interés al final de la temporada regular.
