Continuando con la reseña de los personajes laguneros populares que dejaron huella en la región lagunera, tanto de Coahuila como de Durango, hoy daremos a conocer a uno de ellos que fue ampliamente conocido en gran parte de la región y no solo en alguna de sus ciudades, como una gran figura popular, el cual se ganó el afecto sobre todo de la niñez lagunera como trovador callejero, toda vez que su público era mayormente de infantes.
El personaje a quien hoy nos referiremos exclusivamente se le conoció por su apodo de "Julio Cajitas", pues se ignora quienes fueron sus padres y donde nació. Don Sergio Antonio Corona Páez nos dice que nuestro personaje probablemente fue originario de Torreón, al parecer nació en el año de 1902, sin embargo jamás se supo el nombre de sus progenitores, por lo que nos quedamos exclusivamente con lo señalado líneas arriba.
De nuestro personaje se sabe que era huérfano de padre y madre y que era una persona menesterosa, quien siempre andaba descalzo y mal vestido, convirtiéndose en un trovador callejero que por carecer de instrumentos musicales, llevaba una caja de cartón o un bote con piedras para acompañar las melodías que mal entonaba, ya que tenía sus dientes superiores de gran tamaño, los que excedían el tamaño de su boca, de ahí que la comunicación o palabras que emitiera no se le entendieran, sus actuaciones fueron en San Pedro de las Colonias, Gómez Palacio, Torreón, Lerdo y Matamoros.
Nuestro personaje no era una persona demente o retrasado mental, su problema eran sus dientes, lo que no permitía se le entendiera lo que hablaba. En Gómez Palacio, Durango, recibió albergue en la casa de la señora María de la Cerda, narrando un hijo de la misma que por las noches en el corral de la casa acostumbraba tomarse un tarro de sotol o mezcal, el que compraba con el dinero que obtenía con sus actuaciones como cantante.
Quienes lo conocieron mencionan que era una persona triste y melancólica, que se desesperaba mucho porque la gente no le entendía sus canciones ni lo que les decía, que su vestimenta le era obsequiada por el público que lo escuchaba tararear las canciones, que se acompañaba con la caja de piedras y que de ahí le venía el apodo de "Julio Cajitas".
Sus actuaciones fueron por muchos años y de cada lugar donde llegaba se desaparecía sin saber nadie a donde se dirigía, fue un trovador que encantaba a los niños de la época y un buen día desapareció de Torreón sin saberse nada de él.
