Sin ganar nada trascendente en nuestra pobre (futbolísticamente hablando) área, dando decenas de juegos de pena ajena, confiando en la virgen de Guadalupe, ya que no hay nada terrenal de donde asirse, estamos muchachos, a catorce días de que inicie la Copa del Mundo y el panorama es por decir lo menos desolador. La impresión que tenemos aquí en nuestro país es que difícilmente Polonia por muy mal que llegue a andar pueda competir de igual con nuestra calamitosa Selección. El equipo que tiene como estandarte al gran Robert Lewandowski es gran favorita para llevarse el segundo lugar, mientras, obvio, la Argentina del mejor en activo, Lionel Messi es recontra favorita para llevarse el primer puesto.
Dos selecciones que tienen como vigías a dos cracks de incuestionable calidad y trascendencia, nosotros ¿A quién debemos encomendarnos en la cancha? ¿Quién destaca sobre los demás para que guíe a nuestros muchachos en el terreno de juego? ¿Un veterano cansado como Andrés Guardado? ¿Un devaluado Héctor Herrera? ¿Un intermitente Hirving Lozano? ¿Ochoa, un portero que lo que menos comunica es seguridad? Erick Gutiérrez está para asociarse con el líder, pero no para tomar esa responsabilidad.
Lo que parecía hace dos años nuestra máxima esperanza, era nuestro tridente, Jiménez, Corona y Chucky, se nos ha venido abajo por lesiones, Corona y Jiménez prácticamente descartados del Mundial dejando en la orfandad a Lozano que ahora tratará de entenderse con Vega, Funes Mori o Martín. La caballada está sin duda flaca parafraseando al siniestro exgobernador de Guerrero Rubén Figueroa. Dos delanteros que uno imaginaría no solo en la lista definitiva sino incluso titulares indiscutibles como lo son, Javier Hernández y Carlos Vela en plena madurez futbolística se quedaron a trece mil kilómetros de distancia de la cita.
El Chícharo algo hizo (se manejan cientos de teorías) para insultar o desafiar la autoridad de un técnico que llevó a Paraguay a un quinto partido en Sudáfrica 2010 y por recomendación de Messi dirigió a la selección argentina y al Barcelona. El máximo goleador en la historia de nuestra Selección tuvo un desplante (al menos eso se ha filtrado) imperdonable para Martino y en medio del páramo desértico que es nuestra generación de goles se veta al número uno en ese departamento.
El otro es un caso digno de estudios sicológicos sobre los deseos de ser feliz y enfocarse únicamente en eso, Carlos Vela sin duda alguna uno de los futbolistas más finos y talentosos del mundo, encontró en la soleada California el lugar donde quedarse a disfrutar de la vida, alejado de la falsa sociedad que rodea a la Selección. No están dando la lata que lo mejor a lo que puede aspirar un ser humano es a estar en paz consigo mismo, la estabilidad mental es y debe ser prioridad en cualquier persona. Si ya eres feliz, y lo más importante ya sabes lo que te puede quitar esa felicidad, si ya conoces los intereses y mezquindades que te esperan si decides volver a un lugar donde en el primer momento te sentirás incómodo. Que bien se ha de sentir Carlos al mandar al diablo a todos los que se enredan en la bandera y siguen confundiendo la patria con el juego del futbol.
Le falta mentalidad argumentan los miopes que pierden de vista que Vela se fue a Europa a los 17 años, escapando de las garras de Jorge Vergara y desde ahí el que mandaba era él y solo él. Desde el 2005 al 2017 estuvo en Europa y aceptó de mil amores formar parte de la nueva franquicia de la MLS, el LAFC y se encuentra tan a gusto que incluso ha informado a sus directivos que está dispuesto a sacrificar parte de su sueldo para renovar contrato a sus 33 años. Que no todo en la vida es dinero y someterse a los que quieren dirigir tu vida. Bien Carlos, te vamos a extrañar en Qatar, pero la salud mental y por ende la felicidad es primero.
