Según lo consignado por los periódicos, el domingo pasado el Partido Revolucionario Institucional (PRI) movilizó a más de cuatrocientos mil personas, militantes, para la elección de consejeros municipales y estatales. La cifra es importante porque la intención de fondo, más que el solo hecho de elegir a integrantes de sus consejos, era publicar un mensaje: la elección comienza a partir de los 400 mil votos y el PRI ya los tiene.
En la elección estatal pasada, una de las más reñidas en la historia local, los dos partidos que se disputaron el primer lugar rebasaron los 400 mil votos, pero no cruzaron el umbral de los 500 mil. Las circunstancias han cambiado y la base de los 400 se mantiene como línea inicial de competencia. Con el mensaje del domingo, el PRI parece decir que está listo. A esa cifra habría que sumar los posibles votos en la perspectiva de una alianza con otros partidos. En la elección de 2017, el PAN también rebasó los 400 mil. No hay elementos para suponer una suma automática, desde luego, pero tampoco para pensar que la adición será insignificante.
Del lado de Morena, en la elección de 2017 alcanzaron un poco más de 151 mil votos, pero en ese momento no controlaban un padrón de beneficiarios sociales en el estado de Coahuila que sumara, como ahora, alrededor de 661 mil personas. No ha habido un ejercicio de movilización semejante al del PRI el domingo por parte de Morena para tener una idea más clara de la posible relación entre beneficiarios y respaldo electoral, pero es un hecho que por esa vía la promoción electoral históricamente ha tenido una de sus vías predilectas.
A partir de la presentación del quinto informe del gobernador el proceso de sucesión entra a una etapa acelerada de lógica electoral. Si bajo los antiguos códigos políticos iniciaba el proceso de disminución del perfil del gobernante en turno en aras a dar espacio a sus posibles sucesores, las actuales condiciones propiciarán que la lógica electoral invada, desde ya, mucho de lo que ocurra en Coahuila. El PRI sabe que tiene una estructura muy amplia de cara a la contienda, pero todavía hay que atravesar los terrenos de la alianza y salir de allí más fortalecido que con divisiones. Del lado de Morena, aún estamos a la espera de que se conozca el resultado final de las encuestas y la decisión que a partir de ellas se tome para nombrar a su candidato. También habrá que ver cómo gestionan tal decisión y si ella motivará o no a escisiones.
La del próximo año será en Coahuila una contienda donde los factores de estructura, trabajo territorial y base ideológica serán muy importantes para construir una base de competitiva, pero no necesariamente para definir al ganador.
II. DEL MUNDIAL
El día de ayer la selección nacional de Japón fue eliminada del mundial de futbol. Una lástima porque había sido una de las más agradables selecciones luego de vencer a Alemania y a España.
Traigo a colación al seleccionado japonés porque nuevamente han puesto el ejemplo de comportamiento en la cancha, el vestidor y la tribuna. En todos los estadios donde se presentaron tuvieron tiempo para celebrar las victorias y lamentar las derrotas, pero también haciendo algo que refleja la educación de un pueblo: tanto jugadores como aficionados se dieron a la tarea de dejar limpio el vestidor y las tribunas. Mientras otras aficiones lamentaron no poder conseguir cerveza en el estadio, la japonesa dejó claro que llegaba a estadios limpios y así los debía dejar.
En un mundial severamente cuestionado por el entorno trágico en la construcción de estadios y de señalamientos de sobornos ver ese tipo de gestos obliga a seguir el ejemplo. Otro gesto enorme de consideración y humildad fue el agradecimiento reverencial que el director técnico de esa selección fue a presentar a la afición al término del partido en que fueron eliminados. Educación, consideración del otro, honorabilidad. ¡Por muchas aficiones y selecciones como la japonesa!
@EdgarSalinasU