Tres comunidades que en lucha por una vida digna toman el camino de producir su propia energía eléctrica y en el trayecto descubren experiencias y reflexiones que desafían al sistema es, en suma, "La energía de los pueblos", un largometraje documental que muestra cómo es posible construir alternativas energéticas comunitarias, justas y sustentables, expone también que urge pensar una transición energética solidaria y justa, que la energía debe ser un derecho y un bien común, y que las personas y comunidades que defienden sus territorios no son criminales.
Relatan las realizadoras del documental: Fuimos al encuentro de quienes, además de resistir y defender sus territorios, construyen proyectos de vida en colectivo, articulando la energía con muchos otros aspectos de la vida, como el agua, la alimentación y la salud, entre otros.
En este camino, el equipo de La Sandía Digital, organización feminista de producción audiovisual colaborativa, formación y comunicación estratégica que cree en el poder transformador de las narrativas para cambiar realidades, encontró las experiencias comunitarias de las cooperativas indígenas de la Sierra Norte de Puebla, de la Organización Popular Francisco Villa de Izquierda Independiente, en la periferia de la Ciudad de México, y de la aldea Unión 31 de Mayo, en Guatemala.
En el largometraje, las tres comunidades muestran, desde diferentes ángulos, que se puede pensar la energía para dignificar la vida, para el bien común y para el cuidado de los territorios.
En él, la Sierra Norte de Puebla destaca por su amplio tejido de organizaciones y cooperativas indígenas que buscan construir condiciones de vida digna a través de circuitos de economía solidaria, como la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske que agrupa a 34,000 familias, la mayoría perteneciente a los pueblos originarios Nahua y Tutunaku, o la organización de mujeres macehuales Maseualsiuamej Mosenyolchicahuanij, "Mujeres que trabajan juntas y se apoyan".
Sucede que a partir de múltiples amenazas de proyectos extractivos y energéticos, las comunidades de la Sierra Norte de Puebla se han movilizado fuertemente a través de instancias como la Asamblea de los Pueblos Maseual, Tutunaku y Mestizo en Defensa de la Vida y el Territorio y el Comité de Ordenamiento Territorial de Cuetzalan.
En asambleas decidieron caminar hacia la soberanía energética de la región e impulsaron varios proyectos de instalación de sistemas fotovoltaicos.
La capacitación técnica en electricidad e instalación de sistemas fotovoltaicos es formalizada por la Unión de Cooperativas Tosepan a través del programa del gobierno federal "Jóvenes Construyendo Futuro", con lo que se prepara a un grupo importante de jóvenes de la sierra.
Antes de fallecer en octubre del 2020, Álvaro Aguilar, asesor de la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske comentó para el documental acerca de la buscada soberanía energética de aquellos pueblos: "Es un trabajo que nos va a llevar varios años, pero la finalidad última es lograr esa autonomía, para que llegue el momento en donde la mayor parte de la energía que utilicemos, y si es posible toda, sea generada acá mismo".
La disposición de los pueblos a seguir ese camino se refleja en palabras de doña Rufina Edith Villa, nahua que ha sido secretaria del Comité de Ordenamiento Ecológico de Cuetzalan: "Nuestro territorio es altamente indígena, un lugar muy bonito, donde las familias comparten, conviven, que es lo bonito de estar en un pueblo como estos. Queremos seguirlo cuidando".
La ingeniera industrial Sofía García Pacheco, cofundadora de la Cooperativa de Energías Renovables Energía, que además de instalar energía solar en casas y comercios, forma a jóvenes de comunidades rurales en energías renovables desde la ecología política, afirma: "Lo que tiene que suceder es que las comunidades decidan cómo quieren producir y consumir su energía eléctrica. Tienen que gestionar sus recursos, participar en la construcción de sus microturbinas, de sus sistemas fotovoltaicos comunitarios, y todo esto parte de la educación".
Miguel Ángel Castañeda, de la Cooperativa Tonalzin, "El sol que nace" en náhuatl, formada por jóvenes como él, Maseual y Tutunaku, dedicada a la instalación de energías renovables, comenta: "La soberanía energética es ver la necesidad de la gente, es cómo poder tener autoridad propia sobre algo que es de nosotros".
El documental de 64 minutos, realizado entre 2019 y 2020, retrata otras experiencias de sistemas eléctricos autónomos en Ciudad de México y Guatemala.
"La energía de los pueblos", largometraje dirigido por María Combe con investigación de Mónica Montalvo y del colectivo GeoComunes, con producción ejecutiva de Suleica Pineda, música de Juan Pablo Villa y Josué Vergara, obtuvo el Premio Pantalla Verde Latinoamérica del Festival de Cine Ambiental de Cali FINCALI 2021, las selecciones Feciba 2020 y Cine Suma Paz 2021. Se proyecta en espacios comunitarios.
@kardenche