Cuenta la leyenda del xoloitzcuintle que esta raza de perros ha sido venerada desde tiempos prehispánicos al ser los guardianes de los espíritus y guiar a las almas de los fallecidos por el largo y difícil camino del Mictlán, la ciudad de los muertos.
Y como la realidad suele rebasar a la ficción, en estas épocas de Halloween y día de muertos, desde Zacatecas se hizo viral una imagen de un perro callejero paseando por la calle con una cabeza humana entre sus mandíbulas. La ironía de la imagen en esta fechas lo deja a uno sin palabras.
En la mitología antigua mesoamericana, los perros guiaban al muertito a cruzar por un profundo y caudaloso río que atraviesa la tierra de los muertos. Ahora los perros nos guían a los vivos a descubrir a los muertos en hechos que representan el símbolo de la degradación absoluta.
Tal vez alguno(a) de ustedes piense que el evento descrito es una anomalía surrealista de nuestro México. Así es que veamos en dónde estamos respecto a la exacerbada violencia criminal.
El reporte de homicidios publicado diariamente por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, indica que el pasado mes de octubre tuvo un promedio de 80 asesinatos diarios. No se veía a esa cifra desde septiembre del 2021.
Octubre nos recuerda (nuevamente) que esta pesadilla no tiene frenos y aparentemente, tampoco tiene fondo. El suelo mexicano es una fosa inmensa, al grado que, los perros en la calle tienen acceso a despojos humanos.
El Sistema Nacional de Seguridad Pública está próximo a cumplir 27 años de haber nacido. Desde entonces, cinco presidentes han estado en el poder (uno lo sigue estando) y todavía no hay un método probado para reducir los homicidios.
Celebramos Halloween y día de muertos en el octubre más sangriento del presente sexenio, y sin lugar a duda, este será el sexenio de la historia moderna con más muertos por violencia. Al paso que vamos, en solo siete u ocho meses más, se habrán rebasado los 156,066 homicidios de la administración pasada para cerrar en 2024 con una cifra que rondará los 200,000 asesinatos.
El fenómeno es ya transexenal, las administraciones federales se pasan la estafeta en esta desenfrenada carrera en la cual, desgraciadamente, la parca se mantiene a la delantera.