En esta sucesión presidencial inédita, adelantada y abierta en todo su esplendor en donde las denominadas "corcholatas" hacen todo tipo de actos y dicen todo tipo de cosas para aparecer en las primeras líneas de los medios de comunicación y redes sociales, hay un factor que será clave, y que sin duda, puede inclinar la balanza hacia quien gane la próxima Presidencia, y es todo lo relativo a la seguridad pública y los muy desafortunados niveles de extrema violencia que llevamos viviendo desde hace tres lustros.
Curiosamente, a pesar de la preponderancia que la seguridad tiene en el presente y tendrá en el futuro, nadie desde el oficialismo dice, y aparentemente nadie dirá nada, acerca de la misma.
Como ya lo he mencionado en más de una ocasión, para julio del próximo año se rebasarán los casi 157,000 asesinatos acumulados en el sexenio del expresidente Peña Nieto, quedando de frente todavía 15 meses más a esta administración para que los cadáveres se sigan apilando.
¿Y qué dice la oposición? Que todo va muy mal, que todo es un desastre. PRI y PAN tuvieron su oportunidad y fallaron rotundamente, así es que ahora solo saben poner el dedo en la llaga sin proponer nada para solucionar el problema. Y me aterra que su propuesta durante las campañas vaya a ser disolver a la Guardia Nacional y formar un nuevo cuerpo de policía civil, o sea, empezar de cero otra vez.
López Obrador tuvo muchos años para delinear un impecable plan de seguridad pública, sin embargo, todo se resumió a su estéril política de dar abrazos y no balazos, a desintegrar a la Policía Federal, a crear la Guardia Nacional, a empoderar aún más a las Fuerzas Armadas y a la implementación de sus programas sociales de prevención social del delito (atacar las causas de la violencia desde la raíz). Es importante mencionar que diferentes autores afirman que para ver resultados positivos derivados de estos programas sociales (en caso de ser exitosos) puede llegar a transcurrir una generación entera.
Calderón y Peña Nieto no pudieron, López Obrador tampoco. ¿Qué nos pueden ofrecer los aspirantes a la candidatura presidencial para pacificar a este país que sí funcione y que no se haya probado en los últimos tres sexenios? La respuesta puede inclinar la balanza a su favor.
Twitter: @CarlosSeoaneN