El tema del gusto musical debería ser, en nuestros días, tomado en cuenta como si se tratara de fútbol, política o religión; los fanáticos suelen ser peligrosos y todos creen tener la razón.
Las redes virtuales se han convertido en el escenario perfecto para librar una lucha sin cuartel, sanguinaria y despiadada, en la que no hay muertos, pero sí un impresionante rodadero de cabezas. Y es que, desde nuestra trinchera, nos sentimos con la autoridad de aprobar, descalificar y ahora hasta de "cancelar" canciones, discos y bandas a nuestro antojo, nomás porque nos gusta o no. Claro, la libertad de expresión nos permite (y casi obliga) a dar puntos de vista, pero de eso a querer imponer verdades en un campo tan subjetivo como lo es el arte hay una gran distancia.
Un meme se burla de la actitud de los "true" (metaleros de la "vieja escuela") y muestra a jóvenes criaturas escuchando o interpretando alguna pieza musical que se remonta a los gustos de los 'old'; enseguida viene la frase: "Fe en la Humanidad restaurada". La actitud de las personas de mayor edad (sin llegar a la tercera) es motivo de burla para los que nacieron después del 2000. ¿Intolerancia o mecanismo de defensa?
Hace apenas unos días, "Chicharito" nos compartió con alegría en un grupo de Whatsapp la emoción que le causó presenciar un show de tres horas de Foo Fighters en CDMX. Un poco más atrás, Javier documentó de manera detallada y efusiva lo que consideró "el mejor día de su vida", al acompañar en su presentación a The Warning. Y uno poco más atrás, Farid me comentó en los pasillos de cierta institución educativa que el concierto de Mago de Oz en Torreón había estado de lujo.
Si escogiera a mis amistades por sus gustos musicales, ninguno de los tres estaría en alguna de mis listas. No simpatizo con Dave Grohl, considero a The Warning un grupo efectivo, pero que no aporta mucho y Mago de Oz, después del Finisterra, me parece un grupo de payasos sobre el escenario tocando algo de rock. Sin embargo, prefiero escuchar sus argumentos del por qué debería reconsiderar mi postura ante estas graciosillas agrupaciones; en una de esas, se me haya ablandado el corazón con el tiempo. Y la charla con ellos siempre es enriquecedora.
Cuando salió el Unplugged de Kiss me pareció infame, una ridiculez infumable. Algo verdaderamente espantoso, grotesco incluso para la misma banda que llevó el maquillaje a una nueva dimensión en el rock. Hoy, ese disco tiene su lugar en mi colección y de vez en cuando me hace compañía con una o dos cervezas claras sobre la mesa. Igual pasó con el Reroute to Remain de In Flames; bastó que los viera en directo para reconciliarme con ellos y darles una nueva oportunidad de entrar a mi vida.
¿De verdad pensarán los "true" que la Humanidad depende de que los jóvenes escuchen 'thrash metal'? ¿De verdad el resto de los escuchas pensarán que los "metalerillos" creen que la Humanidad depende de escuchar bandas viejas? ¿De verdad es que nos importa tanto la opinión de los demás sobre la música que escuchamos? ¿Estamos tan necesitados de esa aprobación?
En lo personal, me vale m… si la música que escucho es popular o no. Igual me dan ganas de escuchar a Radiohead un día y al siguiente le sigo con Cannibal Corpse; de lo majestuoso - creativo a lo repetitivo - destructivo encantador. ¿Y qué de la imagen que debemos o no proyectar? Me tiene sin cuidado; la música es para disfrutarse desde la experiencia propia sin buscar agradar a los demás. La música no es un refugio, es el hogar.
No concibo un viaje en carretera sin algo en forma de sonidos que me acompañe. Ni siquiera concibo ir a la tienda a 7 cuadras de mi casa sin poner algo, por lo menos, en la radio.
Pero claro que cuando dejo esos pasillos para entrar a un salón y veo que hay jóvenes de 12 a 15 años usando playeras, pulseras, chamarras de grupos como Metallica, Guns N' Roses, AC/DC no puedo evitar sonreír… y, de alguna manera, siento que mi fe en la Humanidad regresa; sin embargo, basta con una mirada a Twitter para ver cómo el humano se empeña en echarlo todo a perder. Se matan por política, fe y hasta por fútbol. En tiempos de guerra, la música siempre acompaña. No salvará al mundo, pero al menos hace de él un lugar menos desagradable.
Saludos a todos. Recuerda sintonizar los domingos Radiografía del Rock, a partir de las 6:00 p.m., a través del 98.7 de tu radio. Los invito también a seguir las redes de La Música del Dihablo, la música que tanto nos apasiona, en Facebook y YouTube; @VozdelDihablo en Twitter e Instagram.