Hay una lista enorme de frases llenas de cinismo, prepotencia e incomprensión que ante una situación específica, han dicho algunos relevantes personajes de la política en México.
Usted se acordará seguramente de aquel caso de un candidato a alcalde por segunda ocasión, que en una población nayarita se ganó la simpatía de los electores al confesar públicamente que en su primera gestión había robado… "sí, pero poquito".
La noticia fue nacional, ¿se acuerda? Fue tan cínica y desenfadada su confesión que los electores votaron porque continuara al frente de la administración municipal por otro período, para que pudiera seguir robando siempre y cuando no se engolosine y decida ya no robar poquito sino muchito.
Además los robos tendrían que ser en pequeñas cantidades, principalmente porque -como dijo el mismo candidato- la alcaldía es muy pobre y si no hay dinero, pues ¿qué robas? Pues unos cuantos centavos y con eso te conformas.
Esa aclaración también nos lleva a pensar que el susodicho robó poquito porque había poquito, y que si hubiera habido mucho, se habría despachado con la cuchara grande.
La idea al comentar esto obedece a la necesidad de destacar la importancia de las palabras, sobre todo en situaciones como ésta, que desafortunadamente se repiten con mucha frecuencia en nuestro país. Por cierto, luego el candidato a alcalde aclaró que su confesión como ratero había sido una broma. Qué bromitas.
También nos hace recordar a otros políticos que pusieron de manifiesto su desfachatez de diversas maneras, como aquel célebre personaje que dijo: "Un político pobre es un pobre político" lo que significa, según él, que un político que no sabe robar, no destaca como político, será un político mediocre y más le vale ni pensar que llegará a grandes alturas porque se quedará frustrado.
Habrá quien diga: "Pues yo prefiero un político que confiese que robó un poquito, que uno que robó millones y lo niega", pero yo pienso que si roba y además lo dice abiertamente, eso es el colmo de la desvergüenza.
Unos meses después de estar al frente de su segunda administración, el alcalde referido festejó su cumpleaños, celebración que costó solamente unos 15 millones de pesos, pero el edil se apresuró a aclarar que esa lana no salió del erario ni de su bolsa personal sino de unos amigos empeñados en agasajarlo.
¿Se habrán acabado ya los políticos que roban? ¿Cómo la ve?
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.
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ME PREGUNTA Jaime Figueroa: ¿Cómo se dice, enflacar o aflacar?
LE RESPONDO: Lo correcto es enflacar. Se puede sustituir por adelgazar.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA. Dijo Napoleón: "En la guerra como en el amor, para acabar es necesario verse de cerca".