Es inevitable volver a comentar sobre el tema del agua. Este ya predomina en los medios de comunicación y en la vida diaria de las personas que habitamos esta región, pero lo que no se dice es porque ocurre el desabasto, a que se debe que las familias padecen este déficit en el suministro de agua, ya no para la ingesta directa porque es de todos sabido que no es agua potable por estar contaminación, sino para satisfacer sus necesidades domésticas básicas, problema que se agudiza durante los meses en que aumenta la temperatura, a la que denominamos coloquialmente como temporada de calor.
No hay agua porque se esta agotando la fuente de la que se extrae para suministrarla a la gente, a las familias. Los 1,6 millones de habitantes de la Comarca Lagunera nos abastecemos de agua del subsuelo: se bombea de los acuíferos de casi doscientos pozos a cada vez mayores profundidades y con menor calidad, en algunos lugares se extrae a cien, doscientos, trescientos o más metros, según sea el sitio y la intensidad del bombeo, y esa extracción se hace sin ninguna regulación o control en la mayor parte de los pozos, particularmente los de uso agrícola, por lo que algunos concesionarios, probablemente los más, extraen esa agua de manera ilegal porque bombean volúmenes mayores a los que les permiten.
Es esta extracción irracional e ilegal que realizan sin control los usuarios que tienen concesiones lo que ha provocado la crisis de agua que padecemos, es la causa del abatimiento que sufren los depósitos de agua subterránea que están agotando la disponibilidad que la naturaleza nos ofrece tan preciado recurso en estas zonas desérticas. Al extraer más agua de la que les es permitido en cantidades mayores a la recarga natural que ocurre en esos depósitos de agua subterránea, se les está sobreexplotando, y este es el problema central que debemos atender, frenar ya, de manera urgente, la sobreexplotación de los acuíferos.
Este desabasto genera malestar y, justamente, la gente se queja, protesta y exige se le suministre agua para cubrir sus necesidades, y más en esta temporada. Esas protestas se dirigen a los gobiernos municipales y sus organismos operadores (SIMAS, SIDEAPA, SAPAL) por ser los responsables legales de cubrir el suministro a las viviendas, pero en ellos no está la solución de fondo, por más acciones que se anuncien como lo hizo el alcalde de Torreón, solo pueden aplicar medidas parciales y de corto plazo, aquellas que quizás les permita salir al paso mientras ocupan sus cargos. Lo que sí es claro es que la mayor parte de los ediles no quieren hablar de la sobreexplotación de los acuíferos, aunque uno de ellos, el de Francisco I. Madero, ya lo hizo y buscó el apoyo ciudadano porque la respuesta que espera del gobierno federal para atender este problema aún no se concreta (Agua Saludable), misma que también será parcial y temporal.
Los laguneros, quienes habitamos esta región y padecemos el desabasto exigimos a los gobiernos locales se nos suministre agua, es un derecho humano plasmado en la Constitución Política de México, pero también debemos voltear la vista hacia quienes están provocando la sobreexplotación de los acuíferos y hacia el gobierno federal para que regule las extracciones ilegales que realizan los usuarios irresponsables, ahí está la solución de fondo para resolver gran parte del problema estructural del agua en La Laguna. El agua no es un bien o recurso privado, es público, y aunque en los hechos se ha privatizado al ser monopolizada por una reducida élite empresarial que la ha convertido en una mercancía que usa como insumo en sus procesos productivos, la ley establece que primero se debe abastecer a la población y al ambiente, y después a la economía, esta debe ajustarse a la disponibilidad existente. Este mandato debe cumplirse, es ineludible y una obligación de todas las instituciones del Estado mexicano.
Lo anterior no exime la obligación legal que tienen los gobiernos municipales de proveer agua a la gente, deben mejorar la gestión del agua urbana, priorizar modernizar la red de distribución hídrica de las ciudades y comunidades rurales para aumentar la eficiencia física que hoy anda en promedio de 50%, y la eficiencia comercial que los tiene operando con déficit, para aumentar la oferta de agua y disponer de mayores recursos financieros que les permita invertir en mejorar esa infraestructura.
Gran mérito tendrá o tendrán los alcaldes que se propongan transformar la gestión del agua urbana, que le apuesten a una gestión integral del recurso, que el agua potable se maneje con eficiencia desde su extracción de las fuentes disponibles, pero también considere el manejo de las aguas residuales, las redes de drenaje actualmente también obsoletas en una gran parte de las ciudades, su saneamiento y reúso para regar espacios verdes urbanos y no para cultivos, incluyendo las aguas pluviales con infraestructura urbana verde.
En síntesis, lo que los laguneros debemos saber es que el problema de desabasto y contaminación del agua que padecemos es de dimensión regional, tiene que ver principalmente con la sobreexplotación a que están sujetos nuestros acuíferos, las fuentes de agua más importantes en el presente y seguras en el futuro, y en tanto no se atienda esta cuestión los gobiernos municipales tienen opciones limitadas para cubrir la demanda, lo cual, como dijimos, no les exime de hacer esfuerzos por mejorar la gestión del agua urbana, aumentar su eficiencia física y comercial, esto antes o a la par de que se les provea a los municipios agua del río Nazas potabilizada.