Representantes de organizaciones, pueblos, colectivas y cooperativas que integran la campaña nacional Luces de las resistencias plantearon a la Cámara de Diputados la necesidad de reorientar el debate sobre la transición energética hacia principios de justicia y democracia, indispensables para el interés de los pueblos y las comunidades del país. El 21 de febrero, durante el Foro 22 del Parlamento Abierto sobre la Reforma Eléctrica, denominado Usuarios, Pueblos Indígenas y Electricidad, enfatizaron que es esencial ampliar la discusión "para señalar desigualdades estructurales e identificar los sectores que consumen más energía preguntándonos: ¿Energía para qué?, ¿Energía para quién? y ¿Energía cómo?" Y aunque se suman a la defensa de los servicios públicos como prioritaria, "ponemos en duda que una empresa del Estado, como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) va a garantizar el acceso a la energía sin afectar los derechos de los pueblos. Nos preocupa la incertidumbre jurídica que diversos pueblos y comunidades tendrán ante megaproyectos energéticos y si aumentará el despojo, la represión y persecución contra quienes decidan defender sus tierras, bosques y aguas comunes". Subrayaron: "Con la sangre de los pueblos nunca será energía limpia".
Como ejemplo mencionaron los intentos de imposición del tendido de alta tensión en Cuetzalan, Puebla, las hidroeléctricas de Paso de la Reina, Oaxaca, o La Parota en Guerrero, y el Proyecto Integral Morelos "los cuales han generado conflictos sociales, persecución, criminalización y asesinatos, siendo la CFE protagonista de acusaciones judiciales directas hacia defensoras y defensores del territorio".
A nombre de Luces de las resistencias, Miriam Vargas Teutle dijo: Consideramos importante estar aquí y ser escuchadas porque nuestras voces como pueblos, comunidades, ciudadanos y organizaciones sociales no han sido tomadas en cuenta en el debate sobre el modelo energético en México, en el cual han predominado las perspectivas del Estado y del interés privado.
Apuntó: En el contexto de crisis socioambiental, reconocemos urgente la transformación del modelo energético hacia uno bajo en carbono pero más eficiente, responsable, equitativo y sostenible.
Demandamos, dijo, se reconozca que las principales causas de esta crisis radican en un modelo desarrollista basado en un excesivo y asimétrico consumo energético fundado mayoritariamente en combustibles fósiles. Hoy diversas corporaciones nacionales y extranjeras presentan como principal solución una falsa transición energética que, enmascarada de "limpia o verde", se materializa en nuestros territorios a través de megaproyectos, pero que solo cambian la tecnología sin cuestionar las injusticias de fondo ni los modelos de consumo y explotación de la energía, manteniendo la misma visión mercantilista.
"Para nosotras es fundamental ampliar y empujar el debate de la energía, su desarrollo y acceso como derecho y bien común. La energía es elemento vital antes que mercancía, pues se articula con nuestros alimentos, agua, formas de vida, transporte, salud, educación y bienestar general de la sociedad".
Por ello demandó "poner en marcha procesos y debates fundamentales, como el decrecimiento, es decir, disminución, eficiencia y consumo responsable de la energía; su democratización y descentralización; que la ciudadanía forme parte de procesos de toma de decisión y donde sectores históricamente excluidos decidamos en libertad sobre los recursos energéticos y su gestión; que los beneficios de las fuentes renovables ya no se centren en capitales privados o el Estado y se garantice energía limpia y accesible para la vida digna de los pueblos, con proyectos locales, distribuidos y participativos, que promuevan el autoconsumo y la soberanía energética desde y para los pueblos, desarrollando nuevas relaciones sociales congruentes con una visión de justicia socioambiental, respetuosa de nuestros territorios y pueblos".
"Diferimos de los criterios que adoptó el Estado mexicano en sexenios pasados para privilegiar la participación de grandes empresas privadas en la generación eléctrica, pues su motivación es la acumulación antes que satisfacer las necesidades de vida de los pueblos".
El centro de la reforma energética, explicó, no puede ser solo la soberanía estatal de los recursos a explotar. "La reforma debe revisar críticamente el modelo extractivo. Tal es el caso del litio, que se busca convertir en mineral estratégico, prioritario para el Estado, ignorando los problemas territoriales derivados de la minería, la devastación ambiental irreversible y la enorme cantidad de agua que requiere, lo que da cuenta de cómo se pretende dar solución a un problema global mediante una transición energética que replica y exacerba los mismos problemas sociales y ambientales señalados. No se puede solucionar la crisis ambiental del planeta con el mismo modelo extractivo".
@kardenche