La crisis de meningitis en Durango va para largo. El anestésico administrado en cuatro hospitales mencionados resultó contaminado por un hongo que se reproduce en el líquido cefalorraquídeo e invade las membranas del cerebro. En la meningitis por hongos, el periodo de incubación puede ser de días, semanas o meses; a diferencia de la meningitis bacteriana aguda, cuyo periodo de incubación puede ser de 6 horas y afecta principalmente a los bebés.
Un periodo de incubación tan extenso implica que, con seguridad, se presentarán nuevos casos en los días venideros. Peor aún, porque esta semana subió a 1,800 el número de personas en riesgo de haber contraído la enfermedad (hace una semana el cálculo era de 1,400).
Lo más importante es salvar vidas. Sin embargo, en paralelo, debe avanzar la investigación para dilucidar exactamente de qué manera el hongo se inoculó por medio del anestésico y quiénes son responsables. En este caso no hubo accidentes, sino que alguien no hizo lo que debía hacer.
La semana pasada se liberaron 7 órdenes de aprehensión por homicidio doloso y lesiones en contra de los dueños y administradores de los 4 hospitales. El comunicado de la Fiscalía del Estado señala que la causa estuvo en "los procedimientos", pero eso no aclara nada. No explica quiénes fueron responsables. Pudieron haber sido malas condiciones de almacenamiento, reutilización de las jeringas, malas medidas de higiene, aunque no podemos descartar la posibilidad de que hubieran adquirido el medicamento de forma ilegal. El precio de las cesáreas en los 4 hospitales mencionados era considerablemente más bajo que en los demás. Normalmente una cesárea cuesta 30 mil pesos, en estos las practicaban por 20 mil o menos. De alguna manera mitigaban sus costos, si no, las cesáreas no hubieran sido redituables. Además, vaya casualidad, los 4 hospitales pertenecían a sólo dos familias.
El sector salud es de los más regulados en el mundo y en el país. En México el ente encargado de verificar que no haya riesgos sanitarios es la Cofepris, cuyo brazo estatal en Durango es la Coprised. Hoy sabemos que al menos uno de los hospitales operaba sin licencia sanitaria -el documento legal que autoriza a un establecimiento para realizar actividades relacionadas con la salud, como las cirugías-. ¿Cómo es que el titular de la Coprised de sexenio anterior, Joaquín Antonio Gardeazabal Niebla, no se percató de esto o, peor aún, quizá lo solapó? Y lo mismo aplica para el titular de a Cofepris, Alejandro Svarch, ¿por qué nunca actuó? La Cofepris tiene inspectores en los estados que deben realizar visitas periódicas a los hospitales y, además, pedir cuentas a la Coprised. ¿Se hicieron esas verificaciones o han disminuido como resultado del austericidio del actual gobierno federal?
Hay demasiadas preguntas que responder. Es un caso gravísimo, de la magnitud de la tragedia en la Guardería ABC de Sonora, donde hay claras responsabilidades penales, administrativas, civiles y violaciones gravísimas a los derechos fundamentales de las víctimas y sus bebés: a sus proyectos de vida, a la igualdad (en su mayoría son mujeres), a la salud, integridad y, por supuesto, vida.
Este fin de semana AMLO estuvo en Durango. Y no encuentro una declaración del Presidente al respecto. Pudo haber visitado a las víctimas, ofrecer algo de sosiego y comunicar que el estado tendría todo el apoyo. Nada. Veintitrés muertes, más de 70 casos confirmados, 1800 personas en riesgo y AMLO ni se inmuta. Vaya "humanismo mexicano".
Al parecer los duranguenses estamos solo frente a esta crisis.
Twitter: @MartínVivanco