La identidad regional la llevamos en el gentilicio que adoptamos, somos laguneros, ¿qué no? Nos llamamos a nosotros mismos laguneros porque aquí hubo grandes lagunas de las que se benefició bastamente nuestra Comarca y su gente; somos laguneros porque agua es lo que nos sobraba, aunque hoy pareciera que se detiene toda actividad en la región, para correr a las riberas del río y los canales cuando sueltan el agua de la presa Francisco Zarco, es nuestra historia llamándonos, todos queremos ver el agua volver a su cauce… somos laguneros.
Nuestra comarca lagunera se consolidó como tal por los pueblos originarios que hace siglos vieron en estas tierras, entonces regadas por el río, lo necesario para subsistir de manera sostenida por generaciones. El rio Nazas, a su vez, fue bautizado así por los colonizadores al ver la gran cantidad de pobladores que en él usaban esas cestas de mimbre para pescar. Incluso los sacerdotes jesuitas que venían a evangelizar se referían a los pobladores de la zona como "Los indios de la Laguna […] son medio peces, medio hombres, habitan en el agua y parte en tierra". De ahí que seamos laguneros.
Entre 1946 y 1968 se construyeron las dos grandes presas que controlan el agua del río Nazas, a causa de estas obras la Laguna de Mayrán y los abundantes manantiales de Viesca se secaron por completo convirtiendo a la parte baja de la cuenca en el desierto infértil que hoy conocemos. El agua del río ahora se vende en forma de derechos de agua y quienes sufren las consecuencias directas de esto son nuestro ecosistema y los campesinos, y con ellos, el resto de los laguneros.
Suscribo a Hernán Salas cuando habla de la importancia de repensar y reconstruir la relación naturaleza-sociedad desde la simbiosis que ésta implica. Lo mismo opino respecto a las relaciones que rigen las acciones (e inacciones) en nuestra región. Tanto las relaciones interestatales como las intermunicipales deberían replantearse en orden de atender de forma coordinada a las necesidades que nos atraviesan a todos. Es necesario dejar ya de planear desde los ciclos políticos y de interpretar nuestras relaciones vecinales desde los colores, el celo del poder y el interés.
Hoy vivimos en una metrópoli que no hemos podido o querido entender como tal y en ese contexto pretendemos sentarnos a discutir soluciones a un problema tan importante como la escasez del agua en LA LAGUNA. Si no entendemos la ironía intrínseca en esto no hemos entendido absolutamente nada.
El proyecto "Agua Saludable para La Laguna" pretende ofrecer una solución técnicamente compleja para el problema de la disponibilidad del agua en la región, producto de ello hoy sabemos que, de entrada, en la Zona Metropolitana de La Laguna harán falta más de 1,200 millones de pesos únicamente para reponer líneas hidráulicas obsoletas en los municipios de Lerdo, Gómez Palacio, Torreón y Francisco I. Madero (este dato no contempla el recurso requerido para Matamoros pues aún no se publican los resultados de su análisis).
Al margen de esto, tenemos más de 10 años pretendiendo recargar el acuífero y es por falta de aportaciones voluntarias de la ciudadanía que hoy el programa Irritila está en riesgo de perder los convenios con el gobierno federal; como si fuera poco, el pasado viernes 18 de marzo, Campesinos del Ejido San Luis bloquearon el periférico para que se les permita continuar regando sus forrajes con aguas negras. A esto hemos llegado, a exigir aguas negras… En LA LAGUNA.
Pareciera que preferimos analizar y criticar desde nuestra individualidad, desde lo que nos afecta directamente, no entendemos que existen problemas que nos atraviesan a todos y que de la misma manera deben ser atendidos, no queremos analizar de dónde viene el agua que usamos, mucho menos en qué se usa, siempre que en nuestras casas no falte.
@Mat13G / @MetropoliLaguna
