DON MANOLITO ESTÁ LOCO.
Todos lo estamos, de una u otra forma. Hay quienes tienen la sórdida locura del dinero. Otros sufren la engañosa locura del poder. Muchos, más afortunados, sufrimos y gozamos la hermosa locura del amor.
La de don Manolito es otra especie de locura. A él le da por hacer firmas en el aire. Con una imaginaria pluma traza invisibles rúbricas cuyos trazos solamente él ve. La gente se divierte mirándolo dibujar sus inexistentes signaturas, y le da dinero para que las haga.
-Don Manolito, quiero una firma de 10 pesos.
Él hace una sencilla firma de corta dimensión.
-Don Manolito, hágame una firma de 20 pesos.
Ésta es más larga y complicada
La de mayor precio es la de 50 pesos. Para hacerla don Manolito da vueltas sobre sí mismo, salta a fin de poner un punto en alto, va y viene a efecto de adornar la firma con torcidos giros y elaborados ornamentos.
Quienes lo ven hacer sus imaginarias rúbricas ríen regocijadamente.
Yo no.
Y es que tengo el mismo oficio de don Manolito.
Los dos nos dedicamos a escribir en el aire.
¡Hasta mañana!...