ME HABRÍA GUSTADO CONOCER A TERTULIANO.
Seguidor de las doctrinas de Jesús en los primeros tiempos del cristianismo, solía debatir con los romanos, enemigos de la naciente iglesia.
A éstos les escandalizaba que los cristianos compartieran todos sus bienes, siendo que en Roma el derecho fundamental era el de propiedad, eminentemente individual. Los juristas romanos, por ejemplo, condenaban el adulterio del varón, pero no por su inmoralidad, sino porque el hombre que fornicaba con otra mujer robaba a la suya el líquido seminal, del cual la esposa era la única legítima propietaria.
Tertuliano les decía a los romanos que reprobaban la comunidad de bienes de los cristianos:
-Nosotros lo compartimos todo, excepto nuestras mujeres. Ustedes no comparten nada, excepto sus mujeres.
Me habría gustado conocer a Tertuliano. Sabía razonar aun en medio de la sinrazón.
¡Hasta mañana!...