La imagen de San Kario llora, y eso es causa de asombro para los feligreses de su templo en Turquestán.
La imagen de San Milo llora, y eso conmueve a los fieles de su iglesia en Saldis.
La imagen de San Ildegondo llora, y eso hace que la buena gente de Pomerania llore cuando ven su llanto.
La imagen de San Odulfo llora, y eso lleva a decenas de miles de creyentes a su santuario en Trilce.
La imagen de San Yaldo llora, y los enfermos de Lavonia se postran ante él con la esperanza de que les caiga una lágrima del santo y los libre de su enfermedad.
La imagen de San Felipe de Jesús no llora en su capilla de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
Y es que como mexicano oyó decir desde niño que los hombres no lloran.
¡Hasta mañana!...