-HAZ UN MILAGRO PARA QUE YO CREA.
Eso le pidió el escéptico a San Virila.
Le preguntó el frailecito:
-¿Tienes hijos?
-Sí. Siete.
-¿Y nietos?
-Tengo 28, y seis bisnietos.
Le dijo San Virila:
-¿Y todavía quieres más milagros? Si no crees a pesar de todos esos milagros que tienes, ninguno que yo haga te hará creer.
El hombre pensó en las palabras del santo, y supo que tenía razón.
Se sintió avergonzado.
Había vivido siempre entre milagros y no se había dado cuenta.
¡Hasta mañana!...