EL PADRE SOÁREZ LE PREGUNTÓ AL CRISTO DE SU IGLESIA:
-Señor: ¿cuál es la oración más grande?
Le contestó Jesús:
-La que nos enseñó nuestro Padre: el Padre Nuestro.
-Y de esa oración ¿cuál es la parte que ha de importarnos más?
-Una que es síntesis de todas las oraciones, pues las comprende a todas. La que dice: "Hágase, Señor, Tu voluntad". Porque sucede, Soárez, que rezamos para que se haga nuestra voluntad, no la divina. Sólo sabe orar verdaderamente aquél que con entera sinceridad, y con plena confianza en la sabiduría y la providencia del Señor, se abandona todo a Él y le dice: "Hágase Tu voluntad".
El Padre Soárez entendió. En esa frase no sólo está toda la humildad del que se sabe hijo de Dios: también está toda la esperanza del que sabe que Dios es un Padre bueno.
¡Hasta mañana!...