AQUEL HOMBRE SABIO OYÓ LA PALABRA "POBREZA".
Se sonrió con desdén.
Oyó la palabra "enfermedad".
Se mantuvo tranquilo.
Escuchó la palabra "sufrimiento".
Y siguió sereno, sin dar ninguna muestra de temor.
Pero luego oyó pronunciar otra palabra.
Esa palabra era "soledad'".
Y entonces el hombre sabio se echó a temblar
¡Hasta mañana!...