En el principio fue el caos. Según Hesíodo, Caos fue el primer Dios que surgió en la creación del universo. Ese estado primitivo de donde emanaron los Protogonos, o dioses primordiales. ¿Cómo sonaría el Caos?
Seguramente, después de fruncir el ceño, argumentarás que es de esas obras experimentales del Siglo XX o posiblemente de Alban Berg, Schönberg o Stravinski. Bueno, para asombro de todos nosotros, y no se diga de sus contemporáneos, la respuesta es que fue escrita por el Jean Fery Rebel, en pleno período barroco. Rebel nació en París en 1666. Su padre era cantante en la Capilla real del Luís XIV. Al darse cuenta que su hijo era un niño precoz y de una inteligencia muy peculiar, se atrevió a presentarlo al director musical, el gran Jean Baptiste de Lully. Lully lo apadrina y se convierte en su maestro de violín, clavecín y composición, al tiempo de ser educado también en ciencias e historia. Rebel se convertiría en el co-concertino de la orquesta de la ópera y ya para 1705, formaría parte del prestigioso ensamble "les 24 violons du Roi", los 24 violines del Rey, quizá la agrupación más virtuosa en Europa de la época. Bajo el auspicio, patrocinio y respeto de Louis XIV, en 1720 fue nombrado director de la Royale Academie de Musique, puesto que ocuparía hasta su muerte. Fue un compositor prolífico, sin embargo, Rebel hace dos aportaciones trascendentales a la música francesa: En primer lugar, su conmovedora sonata Tombeau de Monsieur de Lully. Un homenaje a su maestro. Esta es una pieza cargada de elementos teatrales de suyo expresivos en violín y viola de gamba.
Pero quizá lo que más llama la atención, es el uso de los silencios y contrastes armónicos, sin perder un aliento melódico desgarrador.
Y bueno, en segundo lugar, la obra que le dio la inmortalidad, su ballet Les Eléments, o los elementos, donde destaca su obertura en donde se escuchan "todas las notas de la octava en un solo sonido" para dar la idea del caos. Les Élements es básicamente una suite o colección de danzas antecedidas por un prólogo: El Caos. Escribe el mismo Rebel: La obertura hace alusión a la confusión que reinó entre los elementos al ser creado el universo. Al principio, estaban sujetos a leyes invariables, hasta que, con el paso del tiempo, se fueron organizando según el orden de la naturaleza. El tema del caos aparece hasta siete veces en este movimiento, y se va alternando con la representación de los elementos mediante la fuerza de las voces graves (Tierra), los movimientos ascendentes y descendientes de la flauta (Agua), notas de valores largos sostenidas por los flautines y que terminan resolviendo un trino (Aire) y el fuerte timbre de los violines (Fuego). Después de toda esta confusión la obertura concluye con un acorde perfecto, que representa "la Luz".
Años más tarde, Jean Jaques Rousseau escribió en torno a los Elementos de Jean Fery Rebel: "Hay un libro abierto siempre para todos los ojos: la naturaleza". Desgraciadamente, en tiempos recientes el hombre ha sido analfabeta y no ha podido leer y entender su mensaje. Al respecto, el mismo Rousseau afirmó: "Si quitáis de los corazones el amor a lo bello, quitaréis todo el encanto de vivir". Pero esa belleza que integra no que discrimina, pues a fin de cuentas todo viene del Caos, en un Suspiro.
