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Música en un suspiro

Música en un suspiro

La paradoja de Albinoni

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

¿Qué es Música en un Suspiro…? Es una aventura que dura… “UN SUSPIRO”. A través de estas líneas, nuestra imaginación emprenderá un breve vuelo, que viajará por el mundo de la música de concierto.

Conoceremos compositores…, sus caprichos, sus amores, sus razones y sinrazones, su legado…, hablaremos de intérpretes, obras maestras y episodios divertidos del mundo de la música. Iniciemos pues este breve pero siempre profundo, Suspiro Musical. ¡Música maestro!

Paradojas de la música.Tomaso Albinoni nace en 1675 en Venecia. Su acomodada condición económica, aunada a sus dotes de virtuoso violinista le permitieron consolidarse como un diletente o músico independiente, algo por cierto muy raro en su época. Incluso hasta 1711, Tomaso, era conocido como el Dilettante Veneto.

Sin embargo, en aquel entonces era muy difícil sobrevivir sin un mecenas. Albinoni lo encontró en el Cardenal Ottoboni, amante de las artes y protector de poetas, escultores y músicos.

En una primera etapa Albinoni escribiría innumerables sonatas y conciertos para violín y oboe, pero a partir de 1705 y quizá por haberse casado con Margherita Raimondi, una cantante de ópera, empezó a componer óperas, que lo hicieron famoso en Italia y Alemania. La primera paradoja es que sus óperas pasaron a un segundo plano y fue su música instrumental la que se consolidó como el cimiento para otros gigantes como Corelli y el mismísimo Bach.

Albinoni fallecería en 1751, desconociéndose el detalle de los últimos 10 años de su vida. Hoy día, pensar en Albinoni es pensar en automático en su  famoso Adagio que lo haría inmortal: El Adagio de Albinoni. Pero aquí viene la gran paradoja: En realidad esta bella pieza fue compuesta en 1945 por Remo Giazotto, quien, investigando sobre la vida y obra de Albinoni, encontró en las ruinas de la Biblioteca Estatal de Dresde, un partitura con esbozos del bajo y seis compases de la melodía, atribuyéndosela al famoso autor italiano. Con esa base Giazotto arregla y termina la obra, publicándola por primera vez en 1958.

Giazotto no sólo sería el autor del célebre Adagio, sino que sería el responsable de la clasificación de las obras de Albinoni. Así como tenemos una bellísima zona boscosa en el Edo de México conocida como el Desierto de los Leones, donde ni hay desierto ni hay leones, de la misma manera, hoy disfrutamos un Adagio barroco de Albinoni, que ni fue concebido en el barroco, ni fue escrito por Albinoni.

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