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Carlos ElizondoMayer-Serra

Muy solo

CARLOS ELIZONDO MAYER-SERRA

La foto de la reunión de Macron con Putin en su visita a Moscú el pasado 7 de febrero para intentar detener la guerra es reveladora: están separados por una larguísima mesa. Putin está solo y lejos de su interlocutor. Por miedo al COVID Putin se aisló. Ve a escasos colaboradores y con una enorme distancia de por medio. A muchos solo los atiende por videollamada.

La Presidencia es un cargo muy solitario. Un individuo debe decidir sobre una amplísima gama de temas y opciones. No hay tiempo para discutirlo todo. Se requiere método y capacidad técnica de los colaboradores para priorizar adecuadamente los temas y proveer información y análisis de calidad. Para muchos líderes resulta incómodo un colaborador que ve el mundo de otra forma o información que contradice sus deseos. Es mejor rodearse de gente que piense similar. Pero una cosa es mentirles a los ciudadanos, y otra mentirse en su propio proceso de toma de decisión.

El odio que transmite, la satisfacción por estar terminando con quienes considera sus adversarios, son reveladores de un estado de ánimo exacerbado por la soledad y la falta de contrapesos. En una transmisión en vivo de la reunión donde Putin reconoce la independencia de dos regiones de Ucrania, su jefe de Inteligencia es humillado al no responderle como Putin desea que lo haga. Sus balbuceos reflejan cómo es el entorno de Putin.

Desde Stalin, Putin es el líder ruso con más poder. Nadie objeta sus decisiones y no hay un Parlamento, tribunales o actores que se le opongan con éxito. Tiene los recursos suficientes para ejecutar sus decisiones. El modelo oligárquico ruso, en el que unos cuantos empresarios cercanos al poder controlan las compañías más rentables, la gran mayoría concentrada en la explotación de los recursos naturales, ha mostrado ser más eficaz que la planificación central soviética.

Si bien la economía rusa hoy es más pequeña que en el pasado, de un tamaño similar a la de España, y una población que ya es solo unos 14 millones más grande que la de México, Rusia está preparada para enfrentar las sanciones económicas y comerciales con grandes reservas financieras. A diferencia del mundo soviético, es una economía de mercado, por lo que no hay cupones y largas filas para la provisión de bienes y servicios que implican un fastidio para la población y un alto costo para el Gobierno. Los dueños manejan sus empresas con eficiencia, no las abandonan o saquean como pasaba con los administradores de las empresas propiedad del Estado soviético. El Ejército está renovado en equipamiento y capacidad organizativa. La capacidad de influir y distorsionar la vida política de varias democracias occidentales a través de las redes sociales es tan alta que ayudó a definir la elección presidencial de EUA en el 2016.

Al invadir Ucrania, Putin pretende lograr su heroico lugar en la historia. No le importan los daños colaterales. Cree que su misión es recuperar el poderío ruso, humillado y traicionado por Occidente tras la caída de la Unión Soviética. Desde la visión del mundo de Putin, el Gobierno prorruso del presidente Víktor Yanukóvich en Ucrania, destituido por una revuelta social en el 2014, fue realmente una operación de desestabilización orquestada por las potencias occidentales para sitiar a Rusia. Putin cree que puede evitar una confrontación con la OTAN, dado que Occidente ha sido claro en que no usarán sus ejércitos para defender a Ucrania. También que los daños económicos para Rusia son pagables y menores a los que incurrirán Estados Unidos y Europa.

Todo el poder es toda la responsabilidad. Es fácil empezar una guerra contra un enemigo más pequeño. El "valor" de hacerlo será celebrado por quienes rodean el líder. Pero anticipar bien las consecuencias y hacerse cargo de las implicaciones es otro tema. Los costos de decidir solo normalmente se van haciendo evidentes en el tiempo. La historia es cruel con quienes habiendo tenido todo el poder se equivocan.

@carloselizondom

ÁTICO

Putin no tiene contrapesos ni quién objete sus decisiones, pero todo el poder es toda la responsabilidad.

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