¿Por qué en México existe esa maligna tendencia hacia la práctica del nepotismo que significa dar un trato favorable hacia los familiares y amigos en cargos o empleos públicos, pero también de índole privado sin considerar otros méritos?
Quizás se deba a esa sangre latina que privilegia el entorno de la familia y de los más cercanos sobre cualquier persona externa.
En el ámbito del sector público mexicano el nepotismo ha sido muy evidente ya sea a nivel de los gobiernos locales, estatales o el federal.
La máxima muestra de nepotismo que recordamos ocurrió en tiempos de José López Portillo cuando a mitad del sexenio designó a su hijo José Ramón como subsecretario de Programación en la secretaría de Programación y Presupuesto que encabezaba Miguel de la Madrid.
José Ramón exudaba la predilección de su padre además de su deleite por la prepotencia. En alguna ocasión fue sorprendido viajando con su familia, la nana y sus ayudantes en un avión presidencial Boeing DC-9 al puerto de Acapulco para vacacionar un fin de semana.
En los estados ha sido frecuente que los hijos, hermanos y otros parientes de los gobernadores aprovechan el poder para operar contratos, obtener prebendas y traficar con los cargos públicos.
En los últimos años se han sumado a estas nefastas prácticas los esposos de gobernadoras y también de las alcaldesas. Lo que está claro es que los políticos ya no necesitan dar cargos públicos a sus familiares, basta con ofrecerles acceso a los manejos de su administración.
En la última semana salió a la palestra el nombre de otro José Ramón, también de apellido López pero no Portillo ni Romano como el hijo de López Portillo sino López Beltrán, hijo del actual presidente Andrés Manuel López Obrador.
José Ramón de 40 años de edad, estudió en la Universidad de Las Américas que no es pública ni una institución barata y se desconoce a ciencia cierta su ocupación profesional, excepto en algunos momentos que apoyó a su padre en campañas políticas.
El hijo mayor de López Obrador fue balconeado la semana pasada en un reportaje de Latinus por la vida onerosa que lleva en la ciudad de Houston, Texas, al lado de su esposa Carolyn Adams, una mujer de origen norteamericano y brasileño que laboró quince años en una empresa petrolera en Dubai y luego se trasladó a México para continuar en el mismo sector.
José Ramón, tal como lo dijo su padre Andrés Manuel, no interviene en el gobierno federal ni ha tenido cargos públicos, sin embargo su nivel de vida no coincide con la austeridad que tanto ha pregonado el presidente morenista.
El hijo del primer mandatario se transporta en una camioneta de lujo Mercedes Benz y ha vivido en por lo menos dos residencias con valor superior al millón de dólares. La primera perteneció en algún momento a un directivo de la empresa Baker Hughes, contratista de Petróleos Mexicanos.
López Obrador se dedicó a criticar a los detractores Latinus y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, autores de la investigación periodística y a insinuar que Carolyn, la esposa de su hijo, es en realidad la dueña de los bienes exhibidos.
Lo cierto es que una vez más la sobriedad y transparencia que tanto pregona López Obrador chocó de frente con una realidad innegable: su hijo José Ramón lleva una vida de ostentación sin que hasta el momento quede claro el origen de sus recursos.
Lo mismo ocurrió cuando sus hermanos Pío y Martín Jesús fueron captados recibiendo sumas importantes en efectivo supuestamente aportaciones para sufragar los gastos de campaña de su hermano Andrés Manuel.
Aun cuando así fuera los recursos nunca fueron reportados a las autoridades electorales lo que representa un acto ilegal que no ha sido investigado a fondo y menos castigado.
En suma, la imagen de López Obrador se desmorona por su propio peso, quizás el presidente olvidó aquel sabio refrán de que "más pronto cae un hablador que un cojo".
NOTICIA FINAL
Se va Tom Brady a sus 44 años de edad y luego de una larga y exitosa carrera en el futbol americano profesional. Ganó como mariscal de campo siete Super Bowls de un total de diez en los que participó. Será muy difícil igualar sus hazañas, su liderazgo y su talento, además llevó una vida personal y familiar discreta y ejemplar.
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