Grupo Vida organizó su tradicional posada para todos los pequeños que enfrentan la ausencia de un ser querido. (FERNÁNDO COMPEÁN / EL SIGLO DE TORREÓN)
Dulces, pasteles, jugos, tamales, piñatas, juegos, risas y mucha diversión, formaron parte de la posada que se organizó para los pequeños de las familias que integran el Grupo Vida.
Como desde hace ocho años, Silvia Ortiz, con apoyo de algunas madres de familia del colectivo, preparó y llevó a cabo la posadita para los pocos niños que aún quedan en el grupo, puesto que gran parte de los iniciadores, ya son adolescentes e incluso algunos más, son ya padres de familia.
Ortiz recordó que los primeros eventos se llevaban a cabo para 120 menores, cantidad que se redujo a unos 40, donde incluso ya hay bebés de aquellos niños que comenzaron el festejo.
La cita en esta ocasión fue en uno de los salones de la parroquia del Sagrado Corazón, de la colonia Centro de Torreón, gracias al apoyo que siempre ha mostrado y demostrado el sacerdote Ignacio Mendoza Wong, a las causas del grupo Víctimas por sus Desaparecidos en Acción.
"Siempre nos ha apoyado, de hecho, estaba antes en San José y cuando nos dicen que se cambia, nos venimos con él, él siempre nos ha apoyado, nunca nos ha negado el espacio, por eso, aquí es donde hacemos nuestras juntas de forma quincenal", comentó la fundadora de la agrupación.
Así mismo, comentó que esta ya es una tradición no solo para las familias que iniciaron este movimiento sino para aquellas nuevas familias que se han ido sumando.
"Como cada año, procuramos nosotros no perder lo que es la posada, el día del Niño, de Reyes, ellos merecen este espacio", dijo Ortiz.
Pero recalcó que también merecen este espacio las madres de esos pequeños cuyos padres se mantienen en calidad de desaparecidos.
"También es para las madres, porque también ellas se divierten, ellas conviven, y es un rato espacial para ellos. Ellos (niños) ya saben, para diciembre algo les va a tocar; entonces les traemos sus bolitos, pastelitos, y hacemos el esfuerzo y les compramos regalitos, lo que podemos", dijo la fundadora del grupo.
Dijo también, que este tipo de reuniones es difícil tenerlo con sus familias al faltar un integrante.
"Nos sentamos con la familia y vemos que nos falta un familiar, pero aquí a todas nos falta un familiar, entonces aquí sí nos explayamos, sí reímos, y en casa no, porque es difícil", comentó Silvia Ortiz.
Esta fiesta navideña es gracias a las aportaciones que hacen las integrantes, pero también aquellas personas que, a lo largo de su andar, se han sumado a su causa.
"Como hay gente que ya sabe qué hacemos esto y nos dan un apoyo económico y con eso lo armamos", dijo Ortiz.
