FRASES Y SU MOMENTO HISTÓRICO
Segunda Parte
6.- "¿Vender yo, la mitad de México? ¡Por Dios!". Antonio López de Santa Anna (1794-1876). 34 años de la turbulenta historia de México, estuvieron cubiertos por la imagen y presencia de este astuto, audaz, político multifacético y militar.
De 1821 a 1855, Antonio López de Santa Anna fue protagonista en la historia nacional, unas veces en el poder (once ocasiones presidente de la República), otras, detrás o contra el poder. Se hizo llamar "Su Alteza Serenísima", sin ideología definida, en un principio apoyó a los liberales y federalistas, luego a los conservadores y centralistas; sin ningún tipo de escrúpulos, cambiaba de bando con la mayor facilidad, pues una noche era un ferviente católico y a la mañana siguiente se declara anticlerical.
El estado de Texas, en el noreste de México, con fuerte presencia de colonos anglosajones, se opuso a ver limitada su autonomía, reclamó la restitución de la Constitución Federal de 1824; al no ver satisfechas sus demandas, se produjo la rebelión. Santa Anna atacó con su ejército a los texanos, que era como atacar a Estados Unidos pues éste apoyaba a los colonos. Aunque tuvo una efímera victoria en El Álamo, marzo de 1836, un mes más tarde fue derrotado en San Jacinto, hecho prisionero y enviado a Washington de donde fue liberado por el Presidente Andrew Jackson, con la condición de reconocer la independencia de Texas y no volver a llevar a cabo ninguna acción militar contra ese territorio.
Derrotado emigró a Cuba, habiendo sido llamado por Gómez Farías para dirigir las hostilidades de la guerra contra Estados Unidos (1846-1848) y para otro periodo presidencial, viéndose obligado a firmar el Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848), por el cual Estados Unidos se anexaba Texas, California, Nevada, Nuevo México, Arizona y Utah, la mitad del territorio mexicano. Cuando fue acusado en el Congreso y en los diarios de haber vendido esta parte del territorio nacional, expresó la frase arriba enunciada.
7.- "La Patria es primero". Vicente Guerrero Saldaña (1782-1831). En el año de 1819, el movimiento de independencia parecía destinado al fracaso, pues todos los jefes insurgentes habían sido derrotados, y solamente el General Vicente Guerrero, en las montañas del sur mantenía viva la débil llama de la insurgencia. Con el propósito de terminar con este foco de insurrección, el virrey en turno, Juan Ruiz de Apodaca, ofreció el indulto a todos los rebeldes que depusieran las armas, el que muchos jefes aceptaron, sólo don Vicente Guerrero decidió seguir combatiendo al ejército realista. Entonces, don Pedro Guerrero, padre del caudillo, es enviado por el virrey para rogar con lágrimas a su hijo que aceptara el indulto y termine esta guerra "que no tiene futuro". El caudillo lo recibe, y emocionado, dice ante los concurrentes: "Señores, este es mi padre que viene de parte del virrey a ofrecerme el indulto y el cargo- de general dentro del ejército español. Siempre lo he querido y respetado, pero la Patria es primero". Un acto que, sin duda, demuestra la grandeza de este hombre, que continuó combatiendo a los españoles. Protagonizó con Iturbide el Abrazo de Acatempam y participó en la elaboración del Plan de Iguala que puso fin a la guerra y consumó la Independencia de México. Fue presidente de la República. abril a diciembre de1829.
8.- "Va mi espada en prenda, voy por ella". Guadalupe Victoria (1786-1843). Su verdadero nombre era José Miguel Ramón Adauco Fernández Félix. Nació en Tamazula, sierra de Durango; desde muy joven se incorporó al movimiento insurgente bajo las órdenes de Morelos, habiendo participado en el Sitio de Cuautla; el 25 de noviembre de 1812 al frente de sus tropas con el objetivo de tomar. la Ciudad de Oaxaca, el río Jalatlaco le representa una barrera natural para lograr su propósito. Se detiene, desenvaina su espada y la lanza hasta la rivera contraria del río, diciendo "Va mi espada en prenda, voy por ella"; se avienta al agua y cruza a nado, seguido por sus hombres que reconocen en él a un líder. La toma de Oaxaca fue un éxito, entonces decide cambiar de nombre por el de Guadalupe, por considerar que fue la Vírgen quien los condujo a la Victoria; brillante militar y destacado político; diputado por su estado natal y tras decretarse la Constitución Federal de 1824 fue el Primer presidente de México, de 1824 a 1829. Durante su gobierno se estabiliza la situación política y se organiza el poder público.
9.- "Cabo de Cuarta, estoy desarmado". Damián Carmona Ortiz (1844-1869). Soldado mexicano leal a don Benito Juárez, lucha al lado de las fuerzas liberales. Durante la Intervención Francesa, el 27 de abril de 1867, las fuerzas del general Mariano Escobedo tenía sitiada la Ciudad; a Carmona lo asignan como guardia, cuando una granada enemiga estalla cerca de donde estaba, destruyendo su fusil; el ambiente se llena de humo, desapareciendo por momentos su figura y él, en vez de correr para ponerse a salvo, se mantiene firme y sólo exclama la frase que se le atribuye. Le proporcionan un nuevo fusil y sigue cumpliendo con su deber. Acto heroico, sin duda alguna. En su honor, el gobierno mexicano declaró el 27 de abril como el Día del Soldado.
10.- "Si hubiera parque no estaría usted aquí". Pedro María Anaya (1795-1854). General del Ejército Mexicano y presidente de la República en tres ocasiones. Durante la invasión norteamericana, el 20 de agosto de 1847, el general Anaya dirigía la defensa del Puente y Convento de Churubusco que protegió a sangre y lodo contra las tropas estadounidenses. Después de una fiera batalla se le acabó el parque y tuvo que entregar la plaza, fue hecho prisionero, y cuando el general norteamericano Twiggs le preguntó por pertrechos, armas y municiones, le contestó dignamente el general Anaya con la frase aquí anotada. (Continuará).