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Los nombres de Gloria Banda, Patricia Ruiz Webber, Linda Gotés, Ionne Villarreal, así como artistas más jóvenes de la talla de Anahí García o Perla Mata, entre otras, forman parte de una investigación realizada por la también creadora lagunera Patricia G. Santiago.
Se trata de un trabajo que abarca las diversas épocas donde las artistas laguneras han intervenido, así como enfatiza la poca visibilización de sus obras y los cuestionamientos que la sociedad ha emitido sobre su trabajo creativo.
"La cuestión de las mujeres en plural, no es un concepto de algo que se espera de la mujer, sino esta idea de como se construye la mujer y el hombre. No como la idea del libro Emilio o de la Educación, de Jean-Jacques Rosseau, de que la mujer debe ser de tal forma y el hombre de otra, para supeditar la razón práctica de la mujer que tiene que atender al hombre".
Por tal motivo, Patricia G. Santiago expondrá su investigación a través de una plática que se realizará este martes 8 de febrero en Casa de Cantera, en punto de las 19:00 horas. En ella, se revisará la multiplicidad de las artistas laguneras respecto a ideologías y percepciones, a un mes que se conmemore el Día Internacional de la Mujer.
"Hay mujeres que queremos ser transgresoras o que queremos ser conservadoras, pero por decisión propia. Ahí el asunto esta cuestión de arte, que sigue teniendo tintes de un estado represor. En este caso, la cuestión del machismo, de ciertas cosas patriarcales que de pronto son tan 'naturales'que están ahí, las ves, de pronto dices que así son las cosas, pero siempre están".
Cuestión de lo doméstico
Otro de los ejes centrales de Patricia G. Santiago es la situación personal por la que pasan muchas artistas. Ya que, además de responder las exigencias que demanda el ejercicio creativo, también se les carga de obligaciones en el hogar y en la familia, tales como cuidar a los hijos y aparte laborar.
"A mí me tocó. Tengo una hija, soy mamá independiente y trabajo. De pronto, volteo detrás y me pregunto: '¿Cómo he hecho esta producción?'. Y de alguna manera, como artista, tienes este esquema del artista profesional que de pronto se olvida de su familia, se olvida de lo doméstico y está afuera, en el museo, en la galería, en la oficina o en estos lugares que son muy masculinos".
La artista dirige la mirada hacia la cuestión doméstica, pues considera que en la actualidad ostenta un valor importante. La pandemia ha creado una oportunidad para aquellos que se encontraban ajenos al tema.
"De pronto el mundo se nos volcó a lo doméstico y lo doméstico implica saber que, esas cosas de limpieza, nutrición y cuidado, de estar con los hijos, es una cuestión de un ser humano completo. Las mujeres lo hemos sabido mucho tiempo y los temas, los conceptos que abordamos, lo que pintamos, discutimos, lo que ponemos en la pieza, es un asunto que de pronto ha sido llevado a segundo término".
Se trata de temas que se han visibilizado y retomado relevancia, asuntos que dotan de humanidad a los individuos. Para Patricia G. Santiago, el concepto de arte consiste en ejercerse tal y como uno es. "Lo que muestra cada artista está entre sus límites y posibilidades; entre sus alcances, su déficit, pero también sus potencialidades".
También recalcó que en el discurso de las mujeres artistas se necesitan aliados, tanto a nivel artístico como institucional. No sólo se trata de exponer, sino también catalogar una obra, realizar el acervo para alcanzar un grado de dignidad.
"La dignidad es justo esto: la visibilización, el resguardo, la catalogación y tener un patrimonio artístico que debe ser referente para los laguneros, el decir: 'Ella lo hizo, yo también puedo'".
Actualidad
Sobre artistas que emplean lenguajes más contemporáneos como Anahí García o Perla Mata, Patricia G. Santiago también comparte su opinión. Al emplear lenguajes que suelen salirse de los formatos tradicionales, están más propensos al rechazo del público a pesar de su frescura. Por ejemplo, la Galería de Arte Contemporáneo en el Museo Casa del Cerro, es el espacio con menor afluencia del recinto.
"Es difícil porque son lenguajes a los que no estamos acostumbrados institucionalmente. En los libros de texto se nos pone pintura, escultura, música y literatura. Pero no se nos ponen manifestaciones multimateriales que tienen que ver más con la vida cotidiana. Y es muy difícil este diálogo. Ahí implica que el arte contemporáneo tiene que tener curaduría. No un curador que se alce el cuello, sino que sea mediador. La curaduría tiene que ver con educación, con talleres, con cómo dialogas con la comunidad".
