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Pequeñas especies

"Sencillamente, encantadoras"

M.V.Z FRANCISCO NÚÑEZ GONZÁLEZ

Una de las personas que más admiramos en la vida y recordamos con mayor agrado, es a nuestro padre, la voz de mando, la seguridad en casa, el principal sustento, estando junto a él nada malo nos podía pasar, nos amaba y a la vez nos reprendía cuando así lo ameritábamos, y jamás guardó un ápice de rencor hacia los suyos.

Con ese amor y respeto que le tenemos al padre, en forma parecida ve la mascota a su amo, como el más grande protector y máxima autoridad en su mundo canino. Las mascotas tienen un don maravilloso que se dan a querer, siempre están al pendiente de su amo para complacerlo, captan de inmediato nuestro estado de ánimo, si tenemos uno de esos días difíciles en que llegamos a la casa con el ánimo por los suelos, jamás se separan de nuestro lado para alegrarnos, y sí por alguna razón las llegamos a reprender, regresan y moverán su rabo como si les hubiéramos hecho alguna caricia, ellas no conocen el rencor, mucho menos la venganza.

Jamás nos exigen, son los seres más felices cuando les damos un simple paseo, o tan solo mencionamos su nombre. Las mascotas velan nuestro sueño, siempre están alertas de lo que sucede dentro y fuera de casa, es una gran tranquilidad tener un perro en el hogar, darían la vida por defender a su amo, jamás se cansan de vernos, al contrario, siempre seremos tratados de una manera especial, se comportan como si hubieran dejado de vernos por años cuando solo han pasado algunas horas que nos ausentamos al ir a trabajar, y se convierten en los seres más felices al ver de nuevo a su amo.

Las mascotas no necesitan hablar para saber cuando están contentas, enfermas, o deprimidas, las conocemos a la perfección, sabemos cuál es su comida favorita, qué les gusta jugar, a que le temen, las personas que son de su agrado, cuando hacen alguna travesura, y nos avisan cuando quieren hacer sus necesidades.

Nos preocupamos tanto por las mascotas, que no dudamos en llevarlas al veterinario cuando presentan un problema diarreíco, sin embargo nosotros no acudimos al doctor cuando padecemos la misma afección. Las mascotas tienen un corto ciclo de vida, desafortunadamente para nosotros y afortunadamente para ellas, ya que evitan el sufrimiento de enfermedades crónicas e irreversibles, ni aún en su etapa senil saben ser una carga para su amo, es tan corta su vida que la viven al máximo, jamás desaprovechan ni un minuto del día para demostrar el afecto que sienten hacia su "familia", divina cualidad que carece el único ser racional del planeta. ¡Cuánto deberíamos aprender de ellas!

Las mascotas sólo saben ser útiles y afectuosas, son como niños, completamente dependientes de su amo, el día que llegan a enfermar de gravedad, prefieren morir a ser un estorbo para sus dueños. "La muerte es el único dolor que causa a su amo, y no por culpa suya".

Y esa es la razón por la cuál las mascotas son sencillamente... ¡ ENCANTADORAS !.

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