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COLUMNA

Pequeñas especies

Propósito cumplido

M.V.Z. FRANCISCO NÚÑEZ GONZÁLEZ

Es un privilegio compartir un ideal después de algunos años de iniciar la bella pasión de escribir, anécdotas de grandes y pequeñas especies que he tenido la fortuna de atender, iniciando en el campo mi profesión, como hospital un viejo corral de tablones y la paja seca de mesa de operaciones, y con el paso del tiempo de las pequeñas especies me enamoré, regresando a la universidad con mis cuatro retoños en formación, pagándome después la vida, con tres hijas de mi profesión.

Espero sea de su agrado mi primer libro donde he recopilado bellas historias que me ha distinguido vivir. Hubiese deseado asistir a clases de letras y redacción, pero solo soy un veterinario apasionado que escribe fábulas de sus pacientes, traduciendo sus ladridos y maullidos que escucharas al estar inmerso en sus mágicos relatos.

En el transcurso de más de dos décadas colaborando en este prestigioso diario, he dudado de que algunas historias sean del agrado de mis tres lectores, pero vuelvo a recobrar la confianza cuando mencionan palabras mágicas… "El domingo compro el periódico para leer su columna Pequeñas Especies", hay quienes muestran con orgullo los viejos recortes del diario, como si valieran algo. Qué mayor satisfacción para un servidor que trata de transmitir los sentimientos de esas bellas criaturas de patas y colas.

Hace tiempo concluí el libro, pero seguí anexando historias y continuaba con las correcciones de relatos que ya había revisado una y otra vez. Un buen amigo de la infancia constantemente me preguntaba por el libro, ya está listo, le decía, solo afino pequeños detalles, pasaban los meses y repetía la pregunta, le contestaba lo mismo, hasta que un día me dijo: "Así envíalo a revisión para que lo publiquen, pues de otra manera nunca lo vas a terminar de corregir, y para comprometerte, ahora mismo te voy a pagar el primer ejemplar".

Realmente me sentí presionado, a la siguiente semana mandé el borrador al editor y efectivamente, estaba listo para su publicación. La segunda venta fue para mi hijo Paco que se encuentra fuera del país, al darse cuenta de la publicación, me envió el pago del libro, más que una remuneración, fue una orgullosa felicitación para su padre. Soy un afortunado escribidor, aún sin tener los ejemplares, ya están vendidos dos, más los tres de mi tercia de lectores.

El haber escrito este libro, ha sido una satisfacción muy especial en el otoño de mi calendario, describo pasajes de la magia de la juventud desde los inicios en la escuela de veterinaria, que fue como un club de amigos que nos formamos en las duras y en la maduras, y ahora son como los viejos libros, entre más antiguos son de mayor valor, y qué decir de los maestros, afables pero estrictos, la base de lo que somos en nuestra profesión.

Los veterinarios no solo tenemos la capacidad para dar alivio a los animales, también sabemos describir sus sentimientos, logrando transmitir esa maravillosa sonrisa cuando sanan. Desearía obsequiar un ejemplar a cada uno de mis amigos y familiares que me han expresado palabras bellas sobre la publicación del libro.

El tiempo y el esfuerzo es lo más preciado para este servidor y lo doy de mil amores, pero los gastos del editor, la impresión y la publicidad del libro, es la causa que nos impide la cesión del recién nacido, que lleva orgullosamente mis letras en sus hojas… "El Escribidor de Perros".

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