Te conocimos a la edad de seis meses, cuando llegaste a la clínica para completar tu esquema de vacunas, apreciamos de inmediato tu excelente calidad genética de la raza Cocker Spaniel americano, color negro azabache, bello de líneas, con todas las características de su raza, de buen pedigree, a excepción del carácter, no veíamos la alegría ni lo sociable que deberías de ser.
Su dueño, gran amante de los animales algo había en su mascota que no concordaba con su carácter, se comportaba temeroso y desconfiado.
Seguido lo llevaban a la clínica por problemas gástricos y de piel, pasaron algunos meses y su dueño ya no le fue posible tenerlo, lo mantenía la mayor parte del tiempo en una jaula, de ahí la razón de su carácter y de sus enfermedades, contaba con nueve meses de edad.
Lo quería dejar en buenas manos y le preguntó a mi hija Carolina, que es mi asistente, si lo quería adoptar. Y fue así como llegó "Merengue" a casa, ya teníamos a "Pecas" mascota de Sofía, la menor de mis tres hijas veterinarias. Al principio su comportamiento era huraño, lo queríamos acariciar y se alejaba de inmediato, jamás fue agresivo, pasaron algunos días y sus problemas de salud mejoraron.
Su vida cambió completamente, de estar encerrado en gran parte del día, ahora gozaba de un jardín con abundante sombra, sol, agua y alimento fresco, y sobre todo cariño y cuidados, logró cambiar su carácter tal y como lo describen sus características raciales, alegre, extrovertido, sociable, apacible, confiado.
Contaba con año y medio de edad, parecía un niño que todo le divertía, era feliz cuando Orlando y Alejandro, mis nietos, lo llevaban a pasear, cuando salía al jardín era el primero que se acercaba a saludarme, todo lo contrario de aquella mascota que llegó con la cola entre las patas, qué gran cambió hace el cariño y la atención a los animales, hasta llega a curar las enfermedades como las que padeció.
Visitaba constantemente la clínica para su estética, le hacían el corte de pelo como lo marca los estándares de la raza, su faldilla larga azabache y sus bellas líneas de raza fina, causaba gran impresión a la vista.
Aquel perro sumiso y huraño desapreció para siempre, cuando abrían la puerta era el primero en salir, lamentablemente un día, corrió hasta la calle y en ese preciso momento pasó un automóvil y lo arrolló, inmediatamente mi hija lo llevó a la clínica para sus primero auxilios.
Qué dolor tan grande causan las mascotas cuando algo malo les sucede, sobre todo al amo con quién convive diariamente, apenas empezaba a disfrutar de la vida y a confiar ciegamente en nosotros, las mascotas saben que su única misión es alegrarnos la vida, ellas jamás hacen mal a nadie, saben perfectamente que son parte de la familia y son muy queridos por todos.
Afortunadamente "Merengue" aún se encuentra ocupando un lugar en la familia, y sobre todo en nuestros corazones.