Al llegar las tías a visitarnos cada año, nos indicaba la cercanía de la Navidad, contaba con seis años de edad y junto con mis hermanos nos daba mucho gusto recibirlas al igual que a nuestro padre, siempre venían con un gran cargamento, traían regalos y exquisitos antojos típicos de Guanajuato, aún recuerdo esa exquisita cajeta envinada y las natillas de Celaya.
Eran tres maestras de la tercera edad, hermanas mayores de mi padre que se habían encargado de su educación al perder a sus padres en tan temprana edad, la mayor de ellas, a parte de obsequiarnos ropa y juguetes, siempre nos proveía de panderos y tambores para cantar la letanía de las posadas. La sobremesa duraba horas, platicaban toda la tarde recordando vivencias de muchos años, les agradaba oír villancicos del coro infantil de Televicentro, en discos de acetato que escuchábamos en una enorme consola que aún conservamos.
Mi madre se esmeraba en alegrar nuestra casa con bellos adornos navideños, su toque en la cocina era único, uno de sus secretos era utilizar ingredientes frescos y de buena calidad, me agradaba acompañarla a realizar las compras para la cena, había una tienda en el centro de la ciudad llamada "Los viñedos", mi premio era degustar aquellos ingredientes de sus recetas para la tradicional cena navideña; nueces, pistaches, chocolates, almendras, aceitunas, pasas, ciruelas, arándanos, castañas, entre otras delicias.
Con dos días de anticipación a la noche buena, descongelaba el enorme pavo, en la mañana del veinticuatro le ayudábamos a inyectar el vino blanco, antes de introducir el sabroso relleno que preparaba, para ese día ya contaba con una dotación generosa de deliciosos tamales y gran cantidad de buñuelos, con la deliciosa repostería que era su especialidad.
Nos encantaba que encendieran la chimenea utilizando gruesos troncos de mezquite, nos sentábamos a su alrededor disfrutando el calor del fuego, escuchando a Bing Crosby con Blanca Navidad y Noche de Paz entre otros villancicos. Para esa hora, ya olía la casa a Navidad, con todos esos riquísimos aromas de la cocción de los alimentos.
Antes de iniciar la cena de Navidad, levantábamos nuestras copas con la tradicional sidra de manzana, mi padre iniciaba el brindis agradeciendo por todas las bondades que habíamos recibido del Señor durante el año, y por la dicha de estar toda la familia reunida.
La cena consistía en un exquisito espagueti con crema y mantequilla, una fresca ensalada de repollo, crema, mayonesa, nueces, pasas, ciruelas, arándanos, zanahorias, papas y manzana, y el delicioso y dorado pavo con su sabroso relleno de picadillo con nueces, pasas, almendras, aceitunas, guisantes y zanahorias, acompañados con rebanadas de pan blanco dorado con mantequilla, de postre un delicioso pastel de tres leches.
Mi parte favorita del pavo era la pierna, mi madre lo sabía y siempre me la reservaba. Después de la cena venía lo que esperábamos con impaciencia y anhelábamos durante todo el año, abrir los regalos, la ilusión más grande de la infancia, cuando ya contaba con la fortuna más grande que un niño pudiese tener, una amorosa familia unida, salud y un hogar.
Durante años hemos continuado esta hermosa tradición, pasó el tiempo y se fueron las tías, después nuestros padres. Dejándonos un hermoso legado inolvidable, la unión familiar, alabando el nacimiento de Jesús, reuniéndonos en la casa de nuestros queridos viejos cada año, recibiendo a los hermanos con sus familias que radican fuera de la ciudad, con ese mismo gusto que le daba a mi padre cuando recibía a los suyos, escuchando villancicos de antaño, y compartiendo los alimentos con el mismo menú que hacía mi madre, en la tradicional cena navideña, conviviendo ahora, con cuñados, sobrinos, yernos y nietos, que tienen la misma edad, que yo recuerdo cuando celebraba estas hermosas fiestas navideñas.
Han pasado más de sesenta años, y continuo fiel a mi paladar, degustando la misma pieza del pavo, la suculenta pierna, ahora deseada por las nuevas generaciones. Les deseo que en esta Navidad, la paz, la armonía y la unión familiar prevalezcan en sus hogares.