Me parece interesante cómo un mismo caso fue resuelto en sentido contradictorio. Como sabemos, el famoso actor Johnny Depp enfrentó a su exesposa, la también actriz Amber Heard, en dos juicios, uno en el Reino Unido y otro en Estados Unidos de América. En ambos, los abogados de Depp argumentaron que un artículo de opinión publicado en 2018 en The Washington Post era difamatorio, ya que insinuaba que su cliente había agredido y abusado de su esposa durante el matrimonio. Asimismo, Johnny Depp declaró en ambos juicios que ella estaba mintiendo y sus abogados se encargaron de atacar el carácter de su exesposa insinuando que ella era la pareja abusiva.
La diferencia es que, en el Reino Unido, el juez que resolvió el juicio desestimó muchas de las pruebas encaminadas a demostrar que ella agredió al actor, precisamente porque el juicio de difamación trataba sobre el abuso que supuestamente había recibido ella y el objetivo era determinar si eso era cierto o falso. En cambio, en EU la justicia la decide un jurado que, en este caso, se integró por cinco hombres y dos mujeres. Ellos determinaron que tanto Heard como Depp eran responsables de difamación, pero otorgaron una cantidad significativamente mayor de daños en favor de Depp. Ella tendrá que pagarle poco más de 10 millones de dólares.
En México, los juicios de daño moral los resuelve un juez y no un jurado popular. Con relación a este tema, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció recientemente un nuevo criterio. Las personas que hayan sido acusadas de un hecho delictivo gozan del principio de presunción de inocencia; por tanto, las notas o publicaciones que afecten el honor o la vida privada del indiciado pueden dar lugar a una indemnización por daño moral.
Es cierto que todos los días conocemos noticias de presuntos delincuentes que recién fueron detenidos y que aún no han sido juzgados ni declarados culpables. ¿Hasta dónde los medios de comunicación son responsables del juicio social que genera la difusión de la nota, en perjuicio de quienes fueron acusados, en muchos casos infundadamente? La libertad de expresión debe celebrarse y protegerse; pero no debemos perder de vista que este derecho tiene siempre como límite el honor y la vida privada.