Cuánto vale el prestigio de un país, cómo valorarlo. En un mundo global, el prestigio se construye lentamente cultivando el respeto de los otros actores. No es un asunto retórico. Con independencia de lo que uno diga sobre sí mismo, están los hechos. De lo que no hay duda es que el desprestigio de un país impacta directamente en su prosperidad y bienestar. Así de concreto.
Entender cómo se obtiene el prestigio no es tan difícil: respeto a la ley y a las instituciones, cumplimiento de compromisos, respeto a la propia palabra, a la verdad, al final, seriedad. Se proponen la construcción de una refinería, algo muy cuestionable en estos tiempos. Uno esperaría que una inversión de ese monto estuviera amparada por todos los estudios técnicos necesarios: dónde construir, con quién hacerlo, con qué características. Y claro un presupuesto realista del costo. Cuarto año y "Dos Bocas" ha ido de tropiezo en tropiezo con un sobrecosto de alrededor del 40%. Frente a los ojos del mundo, la obra se cae a pedazos por la falta de seriedad.
El Tren Maya ha violentado todo tipo de normatividades, ambientales, de consulta a las comunidades, permisos y autorizaciones. El estado violentando la ley ostensiblemente. Agréguense los cambios de ruta con talas de selvas irrecuperables, como si se tratara de una simple maqueta y no de una obra que quitó recursos a salud, educación, seguridad. Muy poco serio. Su futuro es incierto. El mundo observa, al aeropuerto Felipe Ángeles que está a semanas de su inauguración, carece del visto bueno de las instancias internacionales de mayor relevancia y las principales líneas aéreas de otros países. Mientras tanto el aeropuerto en funciones no recibe los mínimos de mantenimiento para la seguridad de los usuarios. Muy poco serio.
Seriedad implica compromiso con la ciencia y la técnica que avalan las políticas públicas. Pero lo que hemos visto es desprecio a ambas, evidente en el manejo de la pandemia -que ha generado burlas- y la actitud frente a investigadores e instituciones como el estrangulamiento del CIDE. No creen en la ciencia. Además, la falta de congruencia en nuestros compromisos medioambientales y energéticos han llevado a situaciones tan vergonzosas como el desmentido de la Secretaria de Energía de EEUU a la de México: sí les preocupa la política energética. La petición de senadores de EEUU al presidente Biden de romper el silencio sobre las "perjudiciales" políticas energéticas del gobierno mexicano, no es una anécdota, se suma a las varias expresiones similares de preocupación e inconformidad surgidas desde el legislativo estadounidense. No cumplen su palabra. Más desprestigio.
Y ese desprestigio encuentra un claro termómetro: las inversiones y los capitales que huyen. El presidente del CCE advierte: en energía más de 600 permisos detenidos y 150 proyectos congelados por un monto de 40,000 mdd. Falta de profesionalismo y… de seriedad.
De vergüenza en vergüenza, el silencio del gobierno español para otorgar el plácet o beneplácito a la propuesta mexicana de embajador en España es un golpe justificado después de una retahíla de insensateces. Y ahora la postulación como embajador en Panamá de un individuo que tuvo a bien enaltecer a los "valientes" que mataron a don Eugenio Garza Sada y que además lleva en las espaldas varios señalamientos de hostigamiento y acoso sexual, es una afrenta ética. Un país pequeño de grandes proyectos, como dicen los propios panameños de su país, del que mucho tenemos que aprender y que merece todo el respeto de México. Por qué generar este nuevo conflicto habiendo espléndidos diplomáticos de carrera y muchos mexicanos que gozan de cabal respeto.
Ahora que estamos en tiempos de "testamentos políticos" -como si no hubiera instituciones democráticas encargadas de establecer el rumbo de México -y con un horizonte de más pobreza e injusticia como herencia- queda claro que ya son rehenes del desprestigio.