(CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH / EFE)
Los republicanos consiguieron el control de la Cámara de Representantes, devolviéndole al partido presencia en Washington y otorgándole a los conservadores herramientas para obstaculizar la agenda del presidente Joe Biden y abrir investigaciones. Pero la escasa mayoría representará desafíos inmediatos para los dirigentes republicanos y complicará la capacidad del partido para gobernar.
Más de una semana después de la jornada electoral, los republicanos aseguraron los 218 escaños necesarios para arrebatarles a los demócratas el control de la cámara baja.
Podrían pasar varios días, e incluso semanas, antes de que se conozca la magnitud de la ventaja del partido, ya que aún se contabilizan votos en algunas contiendas reñidas.
Pero se disponen a obtener lo que podría ser la ventaja más estrecha del partido en el siglo XXI, similar a 2001, cuando los republicanos tuvieron una mayoría de apenas nueve escaños, 221-212, con dos independientes. Eso es mucho menos que la aplastante victoria que los republicanos habían pronosticado de cara a la jornada electoral.