Pedro Treto Cisneros ha sido uno de los presidentes con mayor duración al frente de la Liga Mexicana de Beisbol; tuvimos la oportunidad de tratarlo en varias ocasiones, fue un hombre que cometió muchos errores, pero nadie puede dudar de su enorme amor por el Rey de los Deportes, y en especial por el circuito que encabezó de 1982 a 1999.
Quizá su máximo aporte fue la Enciclopedia del Beisbol Profesional Mexicano, o su influencia para el nacimiento de la Academia de El Carmen, Nuevo León, que llega ya a tres años de inactividad, por la terrible pandemia del COVID-19, y en gran parte por la gestión de Javier Salinas, uno de los peores presidentes del casi centenario circuito de verano.
Pedro Treto Cisneros estableció la Convención del Beisbol Profesional Mexicano, la cual se celebraba año con año en alguna de las plazas de la LMB o de la LMP. También promovió las reuniones de prensa en las oficinas de Ángel Polá, en la colonia del Periodista (Ciudad de México), en donde la LMB tenía su sede. En esas reuniones cada equipo presentaba sus rosters, uniformes y demás elementos con las que los equipos encararían la temporada en puerta.
Hoy la LMB ha retomado esa buena costumbre, y los 18 equipos del circuito tendrán que presentarse ante los medios de comunicación de la capital del país.
Hoy la LMB tiene un presidente que nada sabe de beisbol, como nada saben Javier Salinas, Alejandro Hutt, Raúl González y el nefasto José Orozco Topete. Con presidentes como Pedro Treto Cisneros y Plinio Escalante Bolio, hoy el circuito de verano viviría una época de éxitos y un enorme potencial para el desarrollo de talento joven con potencial para llegar al mejor beisbol del mundo.
Hoy no se dan a conocer los nombres y sanciones de quienes se hacen acreedores a ellas por resultar positivo, y esa falta se paga con dinero; en la LMB hoy existe mucha pasividad ante el dominio que ejerce el grupo integrado por Tijuana, Monclova, Dos Laredos y Yucatán. Hace mucha falta un Pedro Treto Cisneros o un Plinio Escalante Bolio al frente de la LMB.