Óscar Robles se convirtió en el cuarto manager cesado en la actual temporada de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB); Tecolotes de los Dos Laredos inició la danza al sustituir a Mark Weidemaier para dar paso a Félix Fermín; el segundo fue el venezolano Álvaro Espinoza, a quien Generales de Durango dijo adiós luego de perder el segundo de la serie en casa, frente a Unión Laguna; siguió Eduardo "Mosco" Arredondo, al que Bravos de León no tuvo paciencia, e instaló al eterno Eddie Castro en el timón, el equipo del Bajío fue más allá al nombrar Gerente Deportivo a Grimaldo Martínez, mientras que en Sultanes y Saraperos corrieron la misma suerte, Jesús Valdez Jr. y Eduardo "Guayo" Valenzuela.
Siempre se ha dicho que la principal característica de un buen mánager, es ser un líder natural, si el manejador tiene a todo el grupo de su parte, ya recorrió exitosamente más de la mitad del camino, porque lo que es en sí, dirigir durante un juego no implica mayor dificultad, el mismo beisbol marca el camino a seguir y solo un tonto se anima a tomar una ruta diferente. En Generales de Durango al parecer no ha resultado el cambio de manager, Joe Álvarez ha batallado y su equipo sigue en el sótano, hasta antes del juego de ayer, con tres bateadores extraordinarios, pero un pitcheo endeble que permite muchas carreras.
En Algodoneros el cambio de mánager parece que de momento surtió un efecto positivo, en su debut, Ramón Orantes ganó un juego de 15 entradas y al día siguiente se consiguió una blanqueada de 7-0, algo que sorprende porque los lanzadores que maneja Roberto Espinoza habían mostrado un nivel muy pobre, y le colgaron nueve ceros a una de las mejores ofensivas de la liga. Pero no todo es el cambio de mánager, hoy las redes sociales permiten a los aficionados, algunos muy conocedores y bien enterados, dar puntos de vista muy acertados, y la tendencia señala a la obligación de hacer un ajuste en la gerencia deportiva.
Hoy Francisco Méndez está en el "ojo del huracán" y se habla más de él que cuando conectó tres jonrones en un juego de playoff contra los Diablos Rojos del México, en el estadio de la Revolución. La gerencia deportiva es un puesto clave, con una complicada labor de ser un enlace entre los jugadores y el cuerpo técnico, así como entre el mánager y las altas esferas de la organización, en donde se invierten varios millones de pesos para tener un equipo competitivo, y obviamente se toman las decisiones que marcan el rumbo del equipo. Hoy el saldo aún es muy negativo y se esperan las decisiones necesarias para mejorar.
Los objetivos de Unión Laguna son bien claros, se aspira al título, y aunque aún hay tiempo para enderezar el rumbo, este equipo se diseñó para estar arriba, al nivel de Tecolotes de los Dos Laredos. ¿Quién o quiénes son los responsables de los pésimos resultados en el primer mes de temporada? La respuesta es clara, si Óscar Robles falló ¿quién lo contrató; quién cerró las puertas a Francisco Rivera, Francisco Ferreiro y Ciro Norzagaray; quién no manejó adecuadamente el caso de Missael Rivera; quién es el responsable de la salida de Carlos Vázquez; quién eligió refuerzos como Kipper, Ureña, Serrano, Bibens-Dirkx?
Unión Laguna era orgullosamente el equipo de menor edad en la LMB en 2021, hoy ha perdido esa posición, pero lo más doloroso es que se destruyó la base mexicana que con tanto esfuerzo se venía construyendo; Rivera, Norzagaray, Ferreiro y MIssael tendrían que estar aquí, fortalecidos con verdaderos refuerzos para tener mejores resultados, pero en cambio, ya se ha hablado mucho de quienes están de más porque nada aportan. Unión Laguna, como organización, es lo más importante, y todo aquel que se oponga a la consecución de los objetivos, se tiene que ir, así de fácil.