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Carlos Elizondo Mayer-Serra

Santa Lucía

CARLOS ELIZONDO MAYER-SERRA

AMLO cumplirá su promesa: el aeropuerto de Santa Lucía será inaugurado mañana. Sin embargo, no era cuestión de ampliar la vieja base militar, sino de encontrar la mejor forma de conectar por vía área a la CDMX.

Por años se analizó el problema de la saturación del aeropuerto capitalino, inmerso dentro de la mancha urbana. El mejor lugar para uno nuevo era el lago de Texcoco. Un primer intento de hacerlo ahí fue rechazado por los comuneros de San Salvador Atenco, como resultado de un mal manejo en la expropiación de tierras por parte del Gobierno de Fox.

Varios años de planeación le permitieron al Gobierno de Calderón hacerse, en otro costado del lago de Texcoco, de todas las tierras, derechos de agua y estudios pertinentes para el uso óptimo del espacio aéreo. El proyecto fue heredado al Gobierno de Peña Nieto, quien lo modificó en algo esencial: no licitó el aeropuerto al mejor operador privado posible, quien estaría encargado de construirlo, sino que optó por que fuera un aeropuerto construido y operado por el Gobierno federal. El retraso resultó fatal.

El AIFA exhibe cuánto poder tiene AMLO para impulsar sus proyectos. Fue capaz de construirlo con enorme rapidez, resolviendo obstáculos en el camino que, para otros, hubieran sido insuperables. Arrancó la obra sin tener las tierras necesarias. Manejó con éxito el reto social.

Pero también exhibe cómo improvisa: la decisión se tomó sin estudios ni análisis serios que mostraran que Santa Lucía era mejor opción que Texcoco o, lo realmente importante, mejor que cualquier otra ubicación. En todos los estudios previos, desde el gobierno de Zedillo, esa base aérea militar nunca estuvo entre las alternativas finalistas. Un análisis a profundidad hubiera requerido varios años. Este Gobierno no creyó tener el tiempo para eso.

El resultado está a la vista de todos. Faltan muchas obras de soporte, pero una terminal nueva por supuesto se ve nueva. Sin embargo es pequeña: 14 puertas de embarque directo, frente a las 63 del actual aeropuerto y las 95 que hubiera tenido Texcoco en su primera etapa. El de Guadalajara tiene 21 puertas: el de Cancún, 57. Además, mal conectado de forma terrestre con la Ciudad de México. Las obras para lograrlo están retrasadas; quizás se terminen algún día, pero será siempre un aeropuerto distante y pequeño que no será un polo de desarrollo ni resuelve el uso óptimo del espacio aéreo.

El costo de Santa Lucía junto con lo ya erogado por el de Texcoco implica que haberlo terminado hubiera sido similar, aunque el de Texcoco se habría pagado con el gran flujo de pasajeros. En cambio, en Santa Lucía, los derechos cobrados a los pasajeros, que serán muy pocos, no dan ni para pagar su operación. En su arranque están programados 12 vuelos comerciales, similar al aeropuerto de Puerto Escondido.

Será una gran pérdida económica para el centro del país. Los aeropuertos exitosos son los que desarrollan buenas capacidades logísticas y agregan suficientes conexiones. Por más que aumente la frecuencia de vuelos, nunca tendrá la conectividad del actual aeropuerto y mucho menos la que hubiera tenido Texcoco.

El Gobierno tendría hoy un entorno mejor de haber usado su inusual capacidad para cumplir con los plazos para concluir el aeropuerto de Texcoco. Podría haber quitado los elementos más extravagantes y caros que efectivamente tenía el proyecto original. Hoy estarían inaugurando una gran obra. Sus bases políticas no estarían por ello lejos de su líder; al contrario, podrían tener mejores razones para defenderlo.

La esperada heredera, Claudia Sheinbaum, podría estar poniendo la primera piedra para el desarrollo urbano más importante en la historia de las grandes ciudades, dados los múltiples usos que podría tener el actual aeropuerto capitalino, poco más de 740 hectáreas, similar a Ciudad Universitaria. Todo esto en la zona oriente, la más pobre y políticamente cercana al Gobierno capitalino.

@carloselizondom

ÁTICO

El AIFA será siempre un aeropuerto distante y pequeño, que no resuelve el uso óptimo del espacio aéreo.

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